El hecho de ser hombre o mujer influye en la gravedad de los accidentes de tráfico y de las lesiones sufridas por las personas implicadas en ellos. Esta cuestión ya ha sido estudiada previamente por otros investigadores, pero los resultados no son concordantes entre los distintos estudios. Aunque en general la mayoría de autores ha comunicado que el riesgo de morir o de sufrir una lesión grave tras un accidente de tráfico es mayor en hombres que en mujeres, algunos investigadores han observado que, en accidentes de similares características, son las mujeres las que presentan un mayor riesgo de sufrir lesiones graves o de ser hospitalizadas. Un estudio de la UGR revela que, estadísticamente, el riesgo de muerte o de sufrir lesiones graves entre los pasajeros es menor cuando el sexo del conductor es femenino. Por otro lado, el análisis revela que el riesgo de muerte o de sufrir lesiones importantes es mayor en los ocupantes de sexo femenino.
Los datos del estudio se han publicado en la revista Heliyon, revista de acceso abierto, en su edición de 30 de julio. La investigación la han realizado Pablo Lardelli-Claret, Eladio Jiménez-Mejías, Mario Rivera Izquierdo y Virginia Martínez Ruiz, todos miembros del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Granada–, así como Nicolás Francisco Fernández-Martínez, Luis Miguel Martín de los Reyes, de la Escuela Andaluza de Salud Pública, y su objetivo es tratar de aclarar la asociación entre el sexo del conductor y de los pasajeros del vehículo con la gravedad de las lesiones sufridas en accidentes de tráfico. Para ello se han estudiado las características de los ocupantes (conductor y pasajeros) de los 171.230 turismos implicados en accidentes de tráfico en España entre los años 2014 y 2020, incluidos en el Registro Nacional de Víctimas de Accidentes de Tráfico proporcionado por la Dirección General de Tráfico. A partir de estos datos, se han diseñado dos estudios diferentes. En el primero, se ha evaluado la influencia del sexo del conductor sobre la muerte o las lesiones graves de sus pasajeros. En el segundo, por otro lado, se ha estudiado la asociación entre el sexo de los ocupantes del mismo vehículo y su riesgo de morir o de sufrir lesiones graves tras el accidente.
En el primer estudio se concluyó que, cuando el sexo del conductor es femenino, el riesgo de muerte o de sufrir lesiones graves entre los pasajeros es un 28% menor que cuando es masculino. Estos resultados sugieren que la mayor parte de este menor riesgo se podría explicar por una conducción más segura por parte de la mujer aunque una parte también podría deberse a que las mujeres conducen preferentemente en entornos donde en caso de que ocurra un accidente, su gravedad es menor. Es el caso de zonas urbanas frente carreteras. Así pues, estos resultados apoyarían la opinión, ya planteada por otros autores, de que sería deseable tratar de "feminizar" la conducción. Es decir, que los hombres adquirieran estilos de conducción hasta ahora más propios del género femenino.
Sin embargo, el análisis de los datos del segundo estudio, en el que se comparan personas que ocupan el mismo vehículo accidentado, revela que el riesgo de muerte o de sufrir lesiones importantes es un 20% mayor en los ocupantes de sexo femenino. Puesto que en el estudio se tuvo en cuenta la posición de los pasajeros y si llevaban puesto o no el cinturón de seguridad en el momento del accidente, este resultado podría atribuirse a diferencias biológicas y de tamaño corporal, que harían que las mujeres fueran más vulnerables al efecto de la energía liberada en el accidente.