Un equipo interdisciplinar de la UGR ha recuperado los restos de ocho víctimas de tres fosas comunes alojadas en una misma zanja. Todo ello, durante la campaña realizada en el cementerio municipal de Padul (Granada). Los restos presentan diversos signos de violencia que denotan el uso de distintos tipos de municiones para acometer los asesinatos (balas y postas de caza), el empleo de cal viva en las tres fosas y el apisonamiento bajo una piedra de gran tamaño de uno de los cuerpos, que podría haber sido arrojada en momentos posteriores a la colocación del represaliado en la fosa tras su homicidio.
En el espacio sondeado dentro del cementerio se han localizado diez víctimas más, que quedan pendientes de exhumar y que se unirían a los cinco cuerpos ya extraídos en 2022 y los ocho de la actual campaña, realizada durante el mes de septiembre de 2024 mediante la financiación de la Federación Española de Municipios y Provincias.
Limpieza de hebilla de cinturón de una de las víctimas
Según diversas fuentes documentales, pueden esperarse más de cuarenta víctimas ejecutadas entre los años 30 y 50. El espacio fue recientemente visitado por el estudiantado del instituto La Laguna de Padul, cuya visita contó con las explicaciones de parte del equipo técnico y la representación familiares de las víctimas, que trasladaron al estudiantado sus vivencias e impresiones.
Diversos testimonios recogidos entre las familias de las víctimas -entre los que se encuentran hijas e hijos, sobrinas y sobrinos, nietas y nietos- señalan su malestar y desconcierto ante la clausura de los trabajos por falta de financiación, que dejan cuerpos ya localizados sin poder ser exhumados a la espera de la aprobación de una nueva campaña de intervención, que podría retrasarse hasta dentro de un año más.