Un estudio recientemente publicado en la revista Scientific Reports (Nature), realizado en el Departamento de Zoología de la Universidad de Granada por los catedráticos Javier Alba-Tercedor y Francisca Ruano, ha revelado sorprendentes hallazgos sobre el daño que causan a las aceitunas la mosca del olivo, la polilla del olivo, y el escudete. Para el estudio han aplicado por primera vez la innovadora técnica de microtomografía computarizada (micro-CT), lo que ha permitido realizar una reconstrucción tridimensional del daño interno provocado por estos insectos, incluyendo marcas de oviposición, galerías de entrada y salida, y cavidades generadas por infecciones fúngicas.
En el caso de la mosca del olivo, los investigadores lograron mapear completamente las galerías, diferenciándolas por colores según el tamaño de los estadios larvales. Las larvas, al alimentarse, crean un patrón en forma de "rosario" en los túneles que excavan, lo que muestra su consumo de pulpa de oliva. El estudio sobre la polilla del olivo, por otro lado, ha confirmado que sus larvas se alimentan exclusivamente de los huesos de la aceituna, dejando intacta la pulpa. Se ha descubierto, además, una adaptación evolutiva fascinante: las larvas construyen galerías de entrada en zigzag, dificultando el ataque de parasitoides que podrían amenazarlas.
Este estudio no solo proporciona imágenes en 3D de alta resolución, sino que también incluye videos suplementarios que servirán como herramientas valiosas para futuras investigaciones y como recursos educativos. Los hallazgos destacan la importancia de la micro-CT en la comprensión de las interacciones entre plagas y cultivos, abriendo nuevas vías para proteger los olivos y su producción de aceite.
La producción de aceitunas es fundamental en la economía de los países mediterráneos, un sector que proporciona empleo a miles de personas y que es un símbolo de la cultura y la gastronomía de la región. Sin embargo, los olivos enfrentan serios desafíos debido a diversas plagas que amenazan la calidad y cantidad de la producción. Entre estas plagas, en el sur de España destacan la mosca del olivo (Bactrocera oleae), la polilla del olivo (Prays oleae),y el escudete, producido por hongos transmitidos por díptero cecidomido (Lasioptera berlesiana) que es un activo consumidor de huevos de la mosca del olivo. Estas plagas reducen la producción de aceitunas y afectan a la calidad del aceite.
Aunque lo habitual es que la mosca del olivo realice una única punción por aceituna, se ha observado que esto puede aumentar en situaciones de bajo rendimiento y escasez de frutos. En el fruto de oliva estudiado, se detectaron cinco picadas de oviposición –puesta o depósito de huevos–, de las cuales solo tres continuaron con galerías y dos alcanzaron la etapa adulta. En los últimos años, ha habido una disminución significativa en los rendimientos de los cultivos en algunas áreas, atribuida a la sequía causada por el cambio climático, lo que justifica la alta tasa de infestación.
Algunas picadas de oviposición no corresponden a huevos puestos, ya que las hembras con ovarios inmaduros también intentan ovipositar. Estas pueden deberse a que los huevos no se han desarrollado o a que se ha producido una punción sin la puesta de un huevo. En este estudio, algunas picadas en frutos infestados por Bactrocera oleae debieron ser estériles, ya que no se desarrolló ninguna galería. Además, se reportó una mortalidad de huevos puestos entre el 2.6% y el 16.6%. Algunos de estos huevos dañados pudieron haber sido provocados por Lasioptera berlesiana. Sin embargo, los frutos afectados por Lasioptera berlesiana no presentaron restos de galerías de Bactrocera oleae. Es decir que la destrucción del huevo de la mosca del olivo ocurriría casi inmediatamente después de la oviposición.
Con respecto al daño que produce la Bactrocera oleae, se observó una depresión necrosa externa cóncava no vinculada a la cámara pupal o a las galerías de alimentación. Esto sugiere que la depresión fue causada por una alta acumulación de metabolitos secundarios alrededor de las galerías pupales y no por proliferación fúngica como se había sugerido anteriormente. En los frutos atacados por la polilla del olivo, se encontró una única galería externa corta. Esta exhibe ángulos alternos formando un túnel en zigzag, lo que dificultaría el acceso de algunos parasitoides a las larvas. Los individuos de Prays oleae utilizan la misma galería para entrar y salir de la semilla de oliva, ampliando su tamaño y provocando la caída del fruto. En cualquier caso, la larva permaneció exclusivamente en el hueso de la aceituna, sin afectar a la pulpa.
En el estudio del escudete, además de evidenciarse los filamentos (hifas) y órganos reproductores del hongo, se observaron dos cavidades de oviposición cerca de la abertura externa que correspondían a B. oleae (la mayor) y la más pequeña a L. berlesiana. Por lo tanto, una única abertura externa debería corresponder al agujero de salida de las larvas de L. berlesiana, que inmediatamente después de salir del fruto de oliva, pupan en el suelo.
En conclusión, este estudio ha mostrado el efecto de las plagas dentro del las aceitunas, de forma nunca observada. Y proporciona no solo imágenes en 3D de alta resolución de gran belleza, sino que también incluye videos suplementarios que servirán como herramientas valiosas para futuras investigaciones y como recursos educativos. Los hallazgos destacan la importancia de la micro-CT en la comprensión de las interacciones entre plagas y cultivos, abriendo nuevas vías para la protección de los olivos y la producción de aceite de oliva.