Esta es la ruta de senderismo más bella de España para hacer este invierno

Para los turistas que quieren disfrutar de un paisaje realmente inolvidable, el mejor destino es la ruta de las Acequias, un camino que comienza y termina en el pueblo de Mecina Bombarón (municipio de Alpujarra de la Sierra), permitiendo conocer uno de los mayores legados árabes de Granada: las acequias de piedra que levantaron los musulmanes en el siglo VIII para distribuir el agua procedente de los deshielos de Sierra Nevada hasta los cultivos de las laderas, una verdadera maravilla de la ingeniería que sigue en funcionamiento, dándole vida y color al tradicional paisaje de la Alpujarra.

A lo largo de casi 10 kilómetros, el camino, apto para todo público y bien señalizado con marcas amarillas y blancas, atraviesa lugares increíbles, incluyendo imponentes bosques formados por castaños milenarios de troncos gigantescos plantados por los antiguos conquistadores romanos, donde viven toda clase de aves y animales.

Aquí se encuentra el "Bisabuelo de La Alpujarra", uno de los castaños más antiguos y grandes de España, con raíces de más de treinta metros.

El sonido del agua fluyendo, el canto de los pájaros, el aroma de la naturaleza y el silencio de las montañas crea un clima muy especial que ayuda a olvidar los problemas cotidianos, relajarse y disfrutar de un paisaje único.

El sendero atraviesa el río Mesina y llega hasta los molinos que usaban los antiguos habitantes del lugar.

Mecina Bombarón, el punto donde comienza y finaliza el recorrido, conserva todo el sabor de la antigua Granada con sus calles estrechas, sus casas blancas y toda la amabilidad de sus pobladores, como el casi centenario José Mingorance Peregrina, que cuenta: "El pueblo llegó a tener un cuartel de la Guardia Civil, muchas tabernas, tiendecillas, un zapatero, telares, molinos, carpinteros, herradores, etcétera. Muchas reatas de mulos y carros pasaban por aquí a otros lugares. Recuerdo también cuando pasaba un coche de Válor que era de la familia Martos. Los chiquillos nos poníamos muy contentos al divisarlo. Asimismo, venía gente de Níjar con bestias a vender cántaros y vidriados. Muchos artículos eran cambiados por otros".

Aquí todavía son muchas las personas que viven de la agricultura, la ganadería o se dedican al cuidado y la conservación de las acequias.

Entre las atracciones históricas de la localidad destaca su iglesia, que acaba de cumplir 484 años (saqueada e incendiada en 1568, fue reconstruida en 1586 usando la madera de los castaños típicos de la región).

El pueblo también cuenta con dos ermitas: una dedicada a la Virgen de los Remedios y otra, más pequeña, consagrada a las Ánimas Benditas.

Mecina Bombarón, además, fue nombrado por la Unesco como "Sitio Demostrativo de Hidrología por sus acequias que manejan el agua respetando el medio ambiente y aumentando la biodiversidad".

"Se trata de un reconocimiento a un buen uso que se está haciendo del agua en Sierra Nevada desde hace siglos, frente a otros malos usos como los que se hacen en el campo de Cartagena o en Huelva, en Doñana, que ya están repercutiendo de forma negativa en los agricultores, ya que, por ejemplo, hay cadenas de supermercados que anuncian que ya no van a distribuir productos procedentes de esos malos usos", remarca José Antonio Gómez, alcalde de Alpujarra de la Sierra.

Y agrega: "Esto nos da una pista de lo positivo que puede ser que se reconozca a nivel mundial el excelente uso del agua que aquí hacen los regantes".

Por su parte, el científico Sergio Martos-Rosillo explica: "Las investigaciones que realizamos desde el Instituto Geológico y Minero de España muestran que son sistemas realmente eficientes y válidos para enfrentarse a la sequía y afrontar los retos que plantea el nuevo escenario climático. Sus habitantes aprendieron a sembrar y a cosechar agua hace mucho tiempo, más o menos unos mil años, cuando las condiciones climáticas eran muy parecidas a las actuales".

En pocas palabras, la ruta de las Acequias conecta pasado y presente, permitiendo disfrutar una obra de ingeniería única y gozar de un paisaje impresionante a un costo mínimo. ¿Qué más se puede pedir?