El departamento de Parques y Jardines de la concejalía de Infraestructura y Servicios Públicos del Ayuntamiento de Huelva ha realizado esta semana un tratamiento de choque, como refuerzo a las actuaciones preventivas que se desarrollan durante todo el año para controlar la procesionaria en la ciudad. Se trata de un método terapéutico de endoterapia vegetal que supone inyectar un producto sistémico a través de la savia, para atacar directamente a la oruga.
Como ha explicado la concejala responsable del Área, Mariló Ponce, "nuestro objetivo es controlar una plaga que causa grandes inconvenientes y malestar en los ciudadanos, con grave riesgo para las personas alérgicas, adelantándonos al problema, porque el año pasado sufrimos un rebrote que pretendemos evitar con estas actuaciones de choque que nos permiten actuar con contundencia" pero bajo el compromiso insiste la edil de "evitar sustancias químicas, apostando por tratamientos inocuos para personas y animales y potenciando los controles biológicos de las plagas para evitar daños y mantener los ciclos y el medio natural".
El tratamiento se ha realizado en unos 300 pinos piñoneros y halepensis, aproximadamente un 25% de los ejemplares que existen en la ciudad, con la intención de cubrir la arboleda completa en los próximos tres años, para espaciar una medida bastante más agresiva de lo que suele ser habitual en Huelva para el control de plagas. En concreto, hacía más de nueve años que no era necesario aplicar esta técnica a nivel general, ya que se ha conseguido controlar la plaga en un 95% de los pinos de la ciudad a lo largo del tiempo, con trampas de feromonas, que se colocan durante los meses de verano para atrapar a las polillas machos y acabar con el ciclo de reproducción, atrayendo a los adultos machos para impedir la fecundación de las hembras. Se trata de un método mucho más natural porque las trampas contienen feromonas, atrayentes sexuales, para llamar la atención de los ejemplares adultos durante la fase de vuelo en la que se trasladan desde el suelo a las ramas del pino con la intención de localizar hembras para reproducirse y colonizar el árbol. Cuando los adultos de procesionaria caen en la trampa se consigue interrumpir el proceso natural de reproducción y, por tanto, se controla la colonia de procesionaria.
El tratamiento de choque, sin embargo, supone abordar directamente a la planta, a través de unas cánulas que se abren en la base de los pinos, inyectando el antídoto para que recorra todo el árbol a través de su propia savia. El objetivo ha sido atajar los focos de infección, en las zonas más conflictivas tanto en parques, como en áreas caninas y zonas de estancia, principalmente en la prolongación de la Avenida de Andalucía, el Parque Moret, Francisco Jiménez y Zafra.
Además, la próxima semana, se llevará a cabo un tratamiento foliar en los pinos más pequeños, que no soportan esta medida, pulverizando un producto ecológico en jornadas de noche, para reducir riesgos.