Ecologistas en Acción Huelva, Greenpeace y Mesa de la Ría han constatado cómo tras el paso la borrasca Laurence se están produciendo vertidos tóxicos al estuario del río Tinto desde las balsas de fosfoyesos situadas a escasos 500 metros de algunos barrios de la ciudad. En concreto, durante la inspección llevada a cabo el día 18 tras el paso de la borrasca Laurence, se ha documentado el constante flujo de efluentes desde las balsas hacia el Estero del Rincón afectando directamente a la Zona de Especial Conservación Marismas y Riberas del Tinto que forma parte de la Red Natura 2000.
Como ya hicieron en 2018, las organizaciones ecologistas han tomado imágenes en las que se aprecia cómo las balsas están rebosando y los perímetros de seguridad creados por la empresa Fertiberia, han cedido. Estas balsas contienen al menos 120 millones de toneladas de residuos industriales tóxicos, peligrosos y radiactivos, como ya denunció la Unión Europea en 2010.

Pese a los esfuerzos de Fertiberia por defender el tapado de las balsas como la solución ideal este episodio es una muestra más de que este proyecto es una solución totalmente ineficaz, como ya señalaba el comité expertos independientes creado por el Ayuntamiento de Huelva en su último informe. Recientemente investigadores de la Universidad de Huelva han constatado a través de imágenes satelitales del programa COPERNICUS cómo las balsas de fosfoyesos continúan hundiéndose con tasas superiores a 5 cm/año en la zona 2 y de 2 cm/año en la zona 3 de los apilamientos. Este episodio muestra de nuevo, los graves fallos en la seguridad y el control de las balsas, de las que se encarga la empresa responsable de los vertidos, Fertiberia, que vuelve a incumplir sus obligaciones y sigue permitiendo que sus residuos contaminen el medio ambiente, con graves consecuencias para la salud de la ciudadanía y a los ecosistemas de la zona.
"De nuevo la realidad nos sitúa ante lo que ya es la crónica de una catástrofe anunciada. Y esto es sólo el principio, porque un gran vertido tóxico a la ría de Huelva podría producirse en cualquier momento a causa de tormentas como esta y al hundimiento progresivo de las balsas, debido a los efectos de la subida del nivel del mar o por el alto riesgo de tsunamis de la zona. ¿Cuántos informes científicos necesitan las administraciones para darse cuenta que el proyecto aprobado no resuelve el problema?", ha declarado Luis Berraquero, coordinador territorial de Greenpeace en Andalucía.
Los colectivos ecologistas han puesto en conocimiento de lo sucedido a los servicios de emergencia y a la comandancia del SEPRONA y van a presentar una denuncia ante Fiscalía de Medio Ambiente para que investigue conforme a sus competencias. Asimismo señalan al Ayuntamiento de Huelva, la Junta de Andalucía y el Ministerio para la Transición Ecológica del gobierno de España como responsables de dar el visto bueno a este proyecto fallido e instan a los mismos a la revisión de oficio de los permisos concedidos. Tanto Ecologistas en Acción Huelva como Greenpeace y Mesa de la Ría defienden que la restauración debe pasar por la recuperación integral de las marismas del Tinto tras la retirada y reciclado de los residuos que durante décadas ha vertido Fertiberia destruyendo el patrimonio natural de los onubenses.
"Este tipo de accidentes demuestran que el proyecto de Fertiberia no es la mejor de las soluciones y que las fugas no son algo puntual. Dejémonos de pamplinas, la población de Huelva está harta de que les engañen mientras siguen contaminando su medio ambiente. La restauración de los fosfoyesos pasa por la recuperación integral de la marisma, cualquier otra cosa es esconder el problema debajo de la alfombra, que es lo que está haciendo y siempre ha hecho Fertiberia en Huelva", ha señalado Lucas Barrero, miembro de Ecologistas en Acción Huelva.