Se estima que cerca de 300.000 niños y niñas han estado expuestos a la poderosa tormenta Daniel en toda la región oriental de Libia, y que un número cada vez mayor de niños, niñas y familias necesitan desesperadamente ayuda humanitaria debido a los graves daños que han sufrido numerosos hogares, hospitales, escuelas y otras infraestructuras esenciales.
La tormenta Daniel causó estragos el domingo en todo el este de Libia, reventando presas y destruyendo edificios en muchas ciudades, pero especialmente en Al Bayda, Al Marj, y en la ciudad costera de Derna. Derna, una ciudad de unos 90.000 habitantes, ya estaba gravemente afectada por el conflicto, y su camino hacia la recuperación retrocede ahora años dada la inmensa devastación.
Según los informes, la tormenta Daniel se ha cobrado la vida de más de 5.000 personas, y varios centenares más siguen desaparecidas. Al menos 30.000 desplazados internos, refugiados en escuelas y muchas zonas, permanecen aislados y en lugares inaccesibles. Al menos tres hospitales están actualmente fuera de servicio, y al menos diez centros de atención primaria de salud están inundados.
"Los niños y niñas de Libia se enfrentan de nuevo a otra tragedia tras más de una década de conflicto. Nuestra prioridad es intensificar la asistencia para salvar vidas, en particular proporcionando suministros sanitarios y de agua y saneamiento, apoyo psicosocial, localización de familias y prevención de enfermedades transmitidas por el agua. Para evitar una catástrofe, no podemos permitirnos perder tiempo", ha declarado Michele Servadei, representante de UNICEF en Libia, que actualmente visita las zonas afectadas por las inundaciones. "Sabemos por desastres anteriores en todo el mundo que las secuelas de las inundaciones son a menudo más mortíferas para los niños y niñas que el propio fenómeno meteorológico extremo. Los niños y niñas se encuentran entre los más vulnerables y corren un alto riesgo de sufrir brotes de enfermedades, falta de agua potable, desnutrición, interrupción del aprendizaje y violencia."
Más allá de los peligros inmediatos de muerte y lesiones, las inundaciones en Libia suponen un grave riesgo para la salud y la seguridad de los niños. Con el suministro de agua potable en peligro, aumentan considerablemente las probabilidades de que se produzcan brotes de diarrea y cólera, así como de deshidratación y desnutrición. Mientras tanto, los niños que pierden a sus padres y madres, o quedan separados de sus familias están más expuestos a situaciones de desprotección, como la violencia y la explotación.
UNICEF ha estado asistiendo activamente a los niños y niñas en Libia desde 1957 y ha movilizado suministros vitales para apoyar la respuesta humanitaria inmediata. Estos incluyen suministros médicos esenciales para 10.000 personas, 1.100 kits de higiene, materiales para el tratamiento del agua, así como kits de ropa para 500 niños.
UNICEF necesita al menos 6,5 millones de dólares (6,11 millones de euros) para intervenciones vitales urgentes, y está preparado para apoyar a los niños y las familias que necesitan ayuda humanitaria en Al Bayda, Al Marj, Benghazi, Derna, y otras zonas afectadas. Las prioridades inmediatas son agua potable, suministros médicos y equipos sanitarios móviles, apoyo psicosocial y localización de familias.
El alcance total de la ayuda humanitaria será más claro en los próximos días, a medida que continúen las evaluaciones sobre el terreno. UNICEF está preparado para colaborar con las autoridades en la fase de recuperación y reconstrucción, en particular de las instalaciones de salud, agua y educación.