"En los 105 días de esta escalada en la Franja de Gaza, casi 20.000 bebés han nacido en tiempos de guerra. Eso significa que un bebé nace en esta horrenda guerra cada 10 minutos.
La semana pasada, por estas mismas fechas, pasé un rato con madres en el hospital emiratí de Rafah, en la Franja de Gaza. Ese día fue un recordatorio de la fuerza de la vida en medio del caos de la guerra. Pero también fue el más desgarrador de los siete días que pasé en Gaza. Permítanme darles cuatro ejemplos rápidos que hablan de miles de experiencias de mujeres.
Iman corrió aterrorizada, estando embarazada de ocho meses, por las calles de Ciudad de Gaza cuando estaba resultando atacada. Ahora, 46 días después de una cesárea, está hospitalizada con una infección grave. Está demasiado débil para sostener a su nuevo bebé Alí.
La casa de Mashael en la zona central de Gaza resultó alcanzada, su marido quedó enterrado bajo los escombros durante varios días y después su bebé dejó de moverse dentro de ella. Me cuenta que ahora, aproximadamente un mes después, está segura de que el bebé está muerto. Aún está esperando atención médica. Me dice que es mejor que 'un bebé no nazca en medio de esta pesadilla'.
Amal quedó enterrada bajo los escombros durante un ataque cuando estaba embarazada de seis meses. El bebé no se movió durante una semana. Afortunadamente, la bebé Sama nació sana el día antes de que nos conociéramos. Pero Amal está herida y enferma y se estaba preparando para llevar a Sama a casa... a un refugio improvisado en las calles de Rafah.
Y... la enfermera Webda ha hecho cesáreas de emergencia a seis mujeres muertas durante las últimas ocho semanas. Ella me cuenta: 'También hay más abortos espontáneos debido al aire insalubre y al humo debido a los bombardeos. Esto ha sucedido más veces de las que soy capaz de contar'.
La situación de las mujeres embarazadas y los recién nacidos en la Franja de Gaza va más allá de lo imaginable y exige medidas intensificadas e inmediatas. La ya precaria situación de mortalidad infantil y materna ha empeorado a medida que el sistema de salud colapsa. Las madres se enfrentan a desafíos inimaginables para acceder a atención médica, nutrición y protección adecuadas antes, durante y después del parto.
El Hospital Emiratí de Rafah atiende ahora a la gran mayoría de mujeres embarazadas en la Franja de Gaza. Enfrentados a condiciones de hacinamiento y recursos limitados, el personal se ve obligado a dar de alta a las madres a las tres horas de una cesárea. Estas condiciones ponen a las madres en riesgo de sufrir abortos espontáneos, muertes fetales, partos prematuros, mortalidad materna y traumas emocionales.
El trauma de la guerra también afecta directamente a los recién nacidos, lo que genera mayores tasas de desnutrición, problemas de desarrollo y otras complicaciones de salud. Y las mujeres embarazadas y lactantes y los bebés viven en condiciones inhumanas: refugios improvisados, mala nutrición y agua contaminada. Esto pone a aproximadamente 135.000 niños menores de dos años en riesgo de desnutrición grave.
No olvidemos que esto ocurre en la mitad sur de Gaza. A pesar de sus incansables esfuerzos, UNICEF no ha podido acceder al norte, donde la situación, increíblemente, es peor. Ver sufrir a los recién nacidos, mientras algunas madres mueren desangradas, debería mantenernos a todos despiertos por la noche. Saber que dos niños israelíes muy pequeños secuestrados el 7 de octubre aún no han sido liberados también debería mantenernos despiertos.
En el tiempo que me ha llevado presentar esto, probablemente ha nacido otro bebé, pero ¿en qué situación? Al igual que Amal, ¿regresarán a un refugio improvisado? ¿Estará la madre nerviosa porque el agua enfermará a su bebé? ¿Preocupada por lo que comerá?
Convertirse en madre debería ser un momento de celebración. En Gaza, es otro niño entregado al infierno. La humanidad no puede permitir que esta versión deformada de la normalidad dure más tiempo. Las madres y los recién nacidos necesitan un alto el fuego humanitario".