Ante el continuo deterioro de la crisis humanitaria en la Franja de Gaza, UNICEF advierte de que un asedio militar y una incursión terrestre en Rafah supondrían riesgos catastróficos para los 600.000 niños y niñas que actualmente se refugian allí.
Tras las órdenes de evacuación de octubre para desplazarse hacia el sur, se calcula que ahora hay alrededor de 1,2 millones de personas refugiadas en Rafah, donde antes vivían unas 250.000 personas. Como resultado Rafah, con 20.000 personas por kilómetro cuadrado, tiene casi el doble de densidad de población que la ciudad de Nueva York (11.300 personas por kilómetro cuadrado); aproximadamente la mitad de la población son niños y niñas, muchos de los cuales se han visto desplazados varias veces y se refugian en tiendas de campaña o en viviendas informales e inestables.
Dada la alta concentración de niños y niñas en Rafah -incluidos muchos que son muy vulnerables y están al límite de la supervivencia-, a la intensidad de la violencia (con posibles corredores de evacuación probablemente minados o llenos de artefactos explosivos sin detonar) y a las altas probabilidades de que el refugio y los servicios en las zonas de reubicación sean limitados, UNICEF advierte de una nueva catástrofe para los niños y niñas, ya que las operaciones militares provocarán un número muy elevado de víctimas civiles y los pocos servicios básicos e infraestructuras que les quedan para sobrevivir quedarán totalmente destruidos.
"Más de 200 días de guerra se han cobrado un precio inimaginable en las vidas de los niños y niñas", declara Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF. "Rafah es ahora una ciudad de niños y niñas que no tienen ningún lugar seguro al que ir en Gaza. Si se inician operaciones militares a gran escala, los niños y las niñas no sólo estarán en peligro por la violencia, sino también por el caos y el pánico, y en un momento en que su estado físico y mental ya está debilitado".
En comparación con los adultos, los niños y niñas son especialmente vulnerables a los devastadores efectos de la guerra en la Franja de Gaza. Están muriendo y resultando heridos de forma desproporcionada, y sufren de forma más aguda las interrupciones en la asistencia sanitaria y la educación, así como la falta de acceso a alimentos y agua suficientes. Según las últimas estimaciones del Ministerio de Sanidad palestino, ya han muerto más de 14.000 niños y niñas en este conflicto.
Mientras tanto, se calcula que cientos de miles de niños de Rafah padecen alguna discapacidad, enfermedad u otro tipo de vulnerabilidad que los pone aún más en peligro ante las inminentes operaciones militares en la ciudad:
- Se calcula que unos 65.000 niños y niñas tienen una discapacidad preexistente, incluidas dificultades para ver, oír, andar, entender y aprender.
- Unos 78.000 niños y niñas son menores de 2 años;
- Casi 8.000 niños y niñas menores de 2 años sufren desnutrición aguda;
- Unos 175.000 niños y niñas menores de 5 años -o 9 de cada 10- están afectados por una o más enfermedades infecciosas;
- Casi todos los niños y niñas necesitan ya apoyo psicosocial y de salud mental.
Muchas de estas vulnerabilidades no se excluyen mutuamente, lo que significa que un mismo niño puede estar herido y enfermo, o desnutrido y ser bebé.
"Cientos de miles de niños y niñas que ahora están hacinados en Rafah están heridos, enfermos, desnutridos, traumatizados o viven con discapacidades", concluye Russell. "Muchos han sido desplazados en múltiples ocasiones y han perdido sus hogares, a sus padres y a sus seres queridos. Necesitan protección, así como los servicios de los que dependen, como instalaciones médicas y refugio".
UNICEF reitera el llamamiento del Comité Permanente entre Organismos para que Israel "cumpla su obligación legal, en virtud del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, de proporcionar alimentos y suministros médicos y facilitar las operaciones de ayuda, y a los dirigentes mundiales para que eviten que se produzca una catástrofe aún peor".
Teniendo en cuenta la especial vulnerabilidad de los niños, UNICEF también hace un llamamiento para:
- Un alto el fuego humanitario inmediato y duradero. La liberación inmediata de los rehenes, y el fin de cualquier violación grave contra todos los niños y niñas.
- La protección de los civiles y de la infraestructura que cubre sus necesidades básicas, como hospitales y refugios, contra los ataques y el uso militar;
- La protección continuada de los niños y sus familias si no pueden o no quieren desplazarse tras una orden de evacuación: se debe permitir a las personas desplazarse libremente a zonas más seguras, pero nunca se les debe obligar a hacerlo.
- Acceso seguro y constante para que las organizaciones y el personal humanitario puedan llegar a los niños, las niñas y sus familias con ayuda vital, estén donde estén en la Franja de Gaza.