Médicos Sin Fronteras (MSF) se ha visto obligada a suspender su trabajo y retirar el personal del Hospital Universitario Madani, el único hospital que seguía siendo funcional para cientos de miles de personas que necesitan urgentemente asistencia médica en la capital del estado de Al Jazirah, en Sudán. Esta decisión extremadamente difícil se produce después de más de tres meses de incesantes desafíos, incluida la creciente inseguridad; la imposibilidad de traer nuevo personal y suministros médicos a la zona debido a la denegación de permisos de viaje; y repetidos incidentes de seguridad, como saqueos y acoso, que afectan a la capacidad de la ONG de brindar atención médica.
MSF pide a las partes en conflicto que respeten las instalaciones sanitarias, garanticen la seguridad del personal médico y concedan los permisos necesarios para nuestro personal y suministros.
"El sistema de salud y los servicios básicos en el estado de Al Jazirah han colapsado como consecuencia de los combates y del bloqueo sistemático a la entrada de suministros y personal a la zona", afirma Mari Carmen Viñoles, responsable de operaciones de MSF en Sudán. "MSF era la única ONG internacional que brindaba algún apoyo en Wad Madani. Nuestra marcha deja un profundo vacío para una población que cuenta con grandes dificultades para acceder a la atención médica y que vive en un entorno muy inseguro, con muchísimas limitaciones para moverse y buscar esa atención en otros lugares".
A mediados de diciembre, los combates alcanzaron Wad Madani, situada a unos 136 kilómetros al sureste de Jartum; según la Organización Internacional para las Migraciones*, al menos 630.000 personas se vieron obligadas a huir del estado de Al Jazirah hacia otras partes de Sudán, muchas de las cuales ya se habían tenido que desplazar previamente. MSF evacuó a todo el personal de Wad Madani a finales de ese mes, tras la ofensiva del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en la ciudad, que hasta entonces había estado controlada por las gubernamentales Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS).
El 13 de enero, MSF logró enviar un nuevo equipo a Wad Madani, que en su día era una de las ciudades más pobladas de Sudán. Allí permanecían aún varios cientos de miles de personas en una situación verdaderamente complicada. Desde entonces, MSF ha apoyado la sala de urgencias, el quirófano, la maternidad, el departamento de hospitalización (incluidos la pediatría, el centro de alimentación terapéutica y las salas quirúrgicas y de adultos), así como la farmacia del Hospital Universitario Madani. También ha dado apoyo en salud mental y pretado atención médica y psicológica por violencia sexual. Además, MSF ha realizado formaciones y ha pagado incentivos salariales a 240 miembros del Ministerio de Salud, y ha proporcionado alimentos para los pacientes.
Entre mediados de enero y finales de abril, MSF llevó a cabo casi 10.000 consultas ambulatorias (muchas de ellas por malaria), 2.142 consultas prenatales y trató a 16 sobrevivientes de violencia sexual. Durante este periodo, hubo una afluencia constante de pacientes a urgencias, con un total de 2.981 ingresos ingresos hospitalarios. Un número significativo de estos pacientes presentaban lesiones físicas sufridas por la violencia en curso.
MSF ha suspendido ahora todo el apoyo al hospital y reubicado al personal en zonas más seguras de Sudán. Durante los últimos tres meses, el equipo de la ONG y el personal del Ministerio de Salud se han enfrentado a repetidos incidentes de seguridad llevados a cabo o tolerados por las FAR, incluidos saqueos del hospital, vehículos robados y retención de personal, entre muchos otros incidentes y presiones. Por otro lado, desde enero, las autoridades sudanesas han negado persistentemente permisos de viaje para llevar nuevo personal y suministros médicos y logísticos a la ciudad.
"Aunque las necesidades humanitarias y médicas en Wad Madani y Al Jazirah son inmensas, no tenemos otra opción que detener nuestro trabajo inmediatamente y abandonar la zona", afirma Viñoles. "Los bloqueos administrativos deliberados, la creciente inseguridad y las constantes violaciones de la neutralidad del hospital han hecho imposible que podamos continuar ofreciendo nuestros servicios".
MSF está dispuesta a volver a apoyar al Hospital Universitario Madani si las partes en conflicto se comprometen a respetar el trabajo médico y garantizan un acceso seguro e ininterrumpido a la zona. MSF pide a las FAR que dejen de violar la neutralidad de las instalaciones médicas y garanticen la seguridad del personal de MSF y del Ministerio de Salud. MSF también pide a las autoridades militares y civiles lideradas por el Gobierno de Sudán que concedan los permisos de viaje necesarios para su personal y suministros.
Actualmente, MSF trabaja en nueve estados de Sudán: Jartum, Nilo Blanco, Nilo Azul, Al Gedaref, Darfur Occidental, Darfur Norte, Darfur Sur, Darfur Central y Mar Rojo. La organización médico humanitaria apoya unos treinta hospitales y centros de salud. Lleva a cabo programas en áreas controladas tanto por las FAR como por las FAS y sus equipos brindan atención traumatológica, atención materna y pediátrica y tratan la desnutrición, junto con otros servicios de atención médica. Los equipos de MSF también están apoyando a refugiados sudaneses y retornados en Sudán del Sur y en el este de Chad.