El peligroso Tapón del Darién va camino de registrar niveles récord de migración infantil por quinto año consecutivo, según un análisis de UNICEF.
En los primeros cuatro meses de 2024, más de 30.000 niños y niñas en tránsito cruzaron el Tapón del Darién, lo que supone un aumento del 40% en comparación con el mismo periodo del año pasado.
La migración infantil a través de la selva del Darién se ha convertido en una crisis prolongada. Basándose en las tendencias observadas en los primeros cuatro meses y en el contexto regional, se estima que 800.000 personas, incluidos 160.000 niños, niñas y adolescentes podrían cruzar la selva en 2024, y es probable que muchos de ellos necesiten ayuda humanitaria esencial.
"El Tapón del Darién no es lugar para niños. Muchos de ellos han muerto en este arduo y peligroso viaje. Muchas mujeres han dado a luz durante la travesía, trayendo una nueva vida al mundo en las circunstancias más difíciles. Muchos de los que sobreviven al viaje llegan enfermos, hambrientos y deshidratados, a menudo con heridas o infecciones y necesitando ayuda desesperadamente", ha declarado Ted Chaiban, director ejecutivo adjunto de UNICEF. "Y dado que una quinta parte de los que emprenden este viaje son niños y niñas, la presencia y la respuesta de UNICEF son más importantes que nunca. Disponer de una financiación adecuada es fundamental para que podamos estar ahí para los niños, sea cual sea su país de origen o destino".
De los 30.000 niños y niñas desplazados en lo que va de año, casi 2.000 estaban solos o separados de sus familias. El número de niños no acompañados y separados se ha triplicado en comparación con el mismo periodo de 2023. El número de niños y niñas en tránsito también está creciendo cinco veces más rápido que el de adultos.
"Las historias que escuchamos de niños y padres que han hecho el viaje son increíblemente desgarradoras", ha afirmado Chaiban. "Durante mi visita del mes pasado a la comunidad de Bajo Chiquito, conocí a Esmeira, una niña venezolana de 11 años que se separó de su madre durante la travesía por la selva. Entre lágrimas, Esmeira compartió conmigo lo difícil que fue para ella estar sola en la selva. Tuvo que cruzar ríos caudalosos, cruzarse con gente herida y hambrienta en el camino, y por la noche, me dijo, estaba muy oscuro y escuchaba ruidos aterradores. Esmeria tenía hambre. Llevaba dos días sin comer. Llevaba meses sin estudiar y esperaba que su madre llegara pronto para seguir su camino. Ningún niño debería tener que vivir o presenciar estas cosas".
El personal de UNICEF ha estado ayudando a los niños y niñas en tránsito en el Darién y en Panamá desde 2018, cuando 522 niños, niñas y adolescentes cruzaron la selva tropical. Con el apoyo financiero del Gobierno de los Estados Unidos y la Unión Europea, así como con financiación propia, UNICEF presta servicios en puntos críticos a lo largo de la ruta migratoria en materia de agua, saneamiento e higiene (WASH, por sus siglas en inglés), protección infantil, gestión de casos, salud infantil y materna, y violencia de género. Las intervenciones también incluyen el apoyo a diez comunidades de acogida por las que pasan las personas migrantes.
En 2024, UNICEF solicitó 7,64 millones de dólares (7 millones de euros) para atender las necesidades urgentes del creciente número de niños y familias que se desplazan en Panamá. Actualmente, sólo se ha recibido el 10% de esta financiación.
"Felicito a las comunidades de acogida, a los donantes y al gobierno de Panamá por ayudar a proporcionar servicios esenciales a los niños desplazados y a sus familias, y así garantizar que no serán abandonados", ha señalado Chaiban. "El peligro y las necesidades insatisfechas de los niños aumentan mientras hablamos. Tenemos que seguir garantizando que ningún niño o niña se quede atrás. Si la respuesta carece de financiación, el alcance será limitado".