El apoyo financiero internacional al sistema sanitario del norte de Siria está disminuyendo a pesar de que las necesidades médicas de la región superan con creces los servicios médicos disponibles, y la población siria debe hacer frente a la escasez de ayudas y al cierre de hospitales y centros de salud. Ante la gravedad de la situación, Médicos Sin Fronteras (MSF) hace un llamamiento a la comunidad de donantes que asistirá a la conferencia de Bruselas, del próximo lunes 27 de mayo, para que priorice el apoyo financiero al sector sanitario sirio.
Tras años de conflicto, millones de personas en el norte de Siria se enfrentan a graves dificultades para acceder a la atención sanitaria, debido a la disminución del apoyo financiero internacional al sistema de salud sirio MSF. Casi un tercio de los centros de salud de las provincias de Idlib y el norte de Alepo han cerrado o suspendido parcialmente sus actividades debido a la falta de financiación, dejando a 1,5 millones de personas sin acceso a una atención sanitaria vital y de emergencia. Además, 112 centros de salud corren el riesgo de cerrar a finales de junio, según las autoridades locales. MSF insta a los donantes internacionales y a los gobiernos a aumentar inmediatamente su apoyo financiero al sistema de salud en el norte de Siria.
Antes de que los donantes internacionales y los Estados donantes se reúnan en Bruselas el próximo lunes, la situación en Siria ya es desesperada. Se calcula que son necesarios 4.070 millones de dólares para responder a las necesidades humanitarias en Siria en 2024, sin embargo, sólo se ha financiado el 6%, es decir, 326 millones de dólares, a través del Plan de Respuesta Humanitaria. Los donantes internacionales y los Estados donantes deben asignar fondos suficientes para la atención sanitaria, ya que la situación es cada vez más difícil para la población, con menos centros sanitarios en funcionamiento, hacinamiento en los que funcionan, escasez de medicamentos y falta de personal.
"La población siria está soportando la mayor carga del déficit financiero porque los hospitales no reciben financiación", afirma Carlos Arias, coordinador médico de MSF para el noroeste de Siria. "Por eso, cuando la gente busca asistencia sanitaria, se encuentra con que los hospitales están cerrados, o no hay médicos o no hay medicamentos. Si encuentran un médico, deben ir a comprar medicinas a farmacias privadas, lo que es inasequible".
El déficit de financiación y el impacto en el sistema sanitario podrían provocar el deterioro de las condiciones sanitarias a largo plazo y la calidad de vida de las personas, así como el aumento de los brotes de enfermedades. Los niños y las mujeres embarazadas podrían verse especialmente afectados, por ejemplo, si faltan campañas de vacunación. Esto se produce cuando la región todavía no se ha recuperado de la destrucción causada por el terremoto de febrero de 2023 y el conflicto que ha durado más de 13 años.
La población se enfrenta a una creciente escasez de agua, lo que la lleva a depender cada vez más de los camiones cisterna y las redes de distribución de agua. Sin embargo, éstas se ven obstaculizadas por la inestabilidad del suministro eléctrico y el elevado coste del combustible. Como consecuencia, la gente se ve obligada a reducir el consumo de agua o utilizar agua no apta para el consumo.
MSF cubre una proporción limitada de las necesidades, prestando asistencia médica y humanitaria crítica a las comunidades de las gobernaciones de Idlib y Alepo. Los equipos de la organización codirigen o apoyan seis hospitales. En 2023, MSF realizó más de un millón de consultas externas y más de 150.000 consultas por enfermedades crónicas. Los equipos atendieron más de 20.000 partos y proporcionaron más de 25.000 consultas individuales de salud mental.
"Hemos expresado en muchas ocasiones nuestra preocupación: el deterioro de la situación sanitaria en Siria no pueda abordarse con nuevos recortes de financiación", afirma Thierry Goffeau, coordinador general de MSF para el noroeste de Siria. "Nuestros equipos y socios son testigos del impacto directo y severo debido a la falta de financiación en los pacientes".
"Tuvimos que abandonar nuestros hogares a causa de la guerra y venir al noroeste de Siria. Desde que estamos aquí, es muy difícil recibir atención médica porque los hospitales que funcionaban ahora han dejado de hacerlo", afirma Salim Mohammed, desplazado interno en el noroeste de Siria. "Tengo 68 años y soy diabético; el cierre de hospitales será una sentencia de muerte para gente como yo".
En los últimos meses, 77 centros sanitarios del noroeste de Siria se han visto obligados a suspender sus actividades por falta de financiación. Entre ellos, 17 hospitales, nueve de los cuales son hospitales para mujeres y niños.
"MSF depende de sus propios fondos, pero muchas otras ONG se sostienen gracias a la financiación pública y su trabajo se ve amenazado por los recortes", afirma Karim El-Rawy, coordinador de proyecto de MSF en Idlib.
Para mejorar el acceso de la población del noroeste de Siria a las instalaciones sanitarias, es esencial garantizar una financiación adecuada. Esto permitirá rehabilitar las estructuras sanitarias dañadas por los seísmos y garantizar la provisión de recursos para que las instalaciones entren en funcionamiento y ofrezcan, como mínimo, el mismo nivel de servicios que tenían antes del terremoto. La disparidad entre el aumento de las necesidades y la disminución de los fondos es contradictoria e inaceptable.