Los niños y las comunidades vulnerables están en el punto de mira de un brote creciente de mpox, anteriormente conocida como viruela del mono, en el este y el sur de África. Se han detectado más de 200 casos confirmados en cinco países (Burundi, Ruanda, Uganda, Kenia y Sudáfrica), según UNICEF.
La nueva variante del virus mpox (Clado 1B) se ha detectado en todos los países afectados excepto en Sudáfrica. Esto ha generado preocupación por su potencial de propagación, especialmente entre grupos de edad más jóvenes, como niños y niñas pequeñas.
Burundi registra el mayor número de infecciones de toda la región. A fecha de 20 de agosto se habían detectado 170 casos confirmados de mpox en 26 de los 49 distritos del país, de los cuales el 45,3% eran mujeres. Los niños, niñas y adolescentes menores de 20 años constituyen casi el 60% de los casos detectados, y los menores de 5 años representan el 21% de los casos.
Los niños y niñas de Burundi enfrentan mayores riesgos debido a la aparición simultánea de brotes de sarampión, provocados por la baja tasa de inmunización infantil rutinaria, y a las altas tasas de malnutrición. Aunque ya se están implementando medidas de respuesta, el país sigue enfrentando múltiples desafíos, como la escasez de kits de diagnóstico y medicamentos, la falta de concienciación en la comunidad, los elevados costes operativos y el riesgo de interrupción de los servicios sanitarios esenciales.
"La nueva cepa de mpox representa una grave amenaza para la infancia y las familias vulnerables. Además de la respuesta inmediata para salvar vidas, los esfuerzos de comunicación de riesgos y la colaboración transfronteriza, se debe priorizar la inversión en el fortalecimiento general del sistema de salud, la continuidad de los servicios esenciales y los programas que apoyen específicamente el bienestar integral de los niños y niñas", ha declarado Etleva Kadilli, directora regional de UNICEF para el este y el sur de África.
Más allá de los efectos directos de la enfermedad, persiste la preocupación por el impacto secundario que los brotes tienen en niños y adolescentes, incluyendo el estigma, la discriminación y las interrupciones en su escolarización y aprendizaje. Para las mujeres y las niñas, el riesgo de violencia de género, incluyendo abuso sexual y explotación, sigue siendo elevado, ya que a menudo son ellas quienes asumen el cuidado de los miembros enfermos de la familia y la provisión de sus necesidades básicas de supervivencia, como se ha observado en emergencias de salud pública anteriores.
A partir de la experiencia adquirida durante la respuesta a brotes de VIH, COVID-19 y ébola, es sabido que es fundamental un esfuerzo colectivo para priorizar los planes de apoyo a los supervivientes, combatir el estigma y asegurar la continuidad de los servicios sociales básicos, especialmente en lo que respecta al aprendizaje y la reintegración de los niños y niñas en la escuela y la comunidad.
Además de las preocupaciones inmediatas que plantea el virus, Kenia, Burundi y Uganda han tenido que hacer frente a múltiples emergencias, como sequías e inundaciones.
"En la lucha contra el brote de mpox, priorizar las necesidades de los niños y niñas no es solo necesario, sino urgente. Su mayor vulnerabilidad requiere que dediquemos todos nuestros esfuerzos y recursos a garantizar su protección y bienestar durante esta fase crítica de la respuesta", ha añadido Kadilli.
En toda la región, UNICEF está respondiendo al brote de mpox en colaboración con la OMS y los CDC de África (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), como parte de los planes de respuesta gubernamentales en conjunto con aliados locales. Por ejemplo, UNICEF está apoyando a las comunidades locales para intensificar la comunicación de riesgos y fomentar la participación comunitaria a través de medios de comunicación locales y campañas de sensibilización. Estas iniciativas incluyen dar prioridad al cuidado y la higiene personal adecuada como medidas efectivas para la prevención y control de la infección.
UNICEF solicita actualmente 16,5 millones de dólares (aproximadamente 14,8 millones de euros) de forma urgente para ampliar la respuesta y la preparación en toda la región. Las necesidades de financiación se revisarán periódicamente, ya que la situación evoluciona a gran velocidad.