El chef español Paco Rodríguez, responsable del restaurante "Miguel y Juani", de L'Alcúdia (Valencia), ganó dos veces el prestigioso premio a la mejor paella organizado en Sueca, Valencia, imponiéndose así a los profesionales más destacados de cuatro continentes; este merecido reconocimiento a su trabajo permite entender cómo, en menos de una década, logró abrir siete sucursales de su negocio en Japón.
Consultado por el inmenso éxito de su proyecto, el cocinero se sinceró: "En la vida te van poniendo oportunidades y las tienes que coger y apretarlas con fuerza. Empezamos nuestra andadura con nuestro primer restaurante de paellas en Tokio. Ahora tenemos cuatro en Tokio, dos en Yokohama y uno en Osaka".
Decenas de japoneses hacen cola, todos los días, en el exterior de estos locales que cocinan hasta 200 paellas diarias, algo que llena de placer y satisfacción profesional a Rodríguez: "Es un orgullo poder transmitir el sentimiento por nuestra gastronomía tan lejos".
El chef reconoce que dos décadas atrás, cuando se anotó en la Escuela de Castellón para iniciar sus estudios profesionales en gastronomía, nunca imaginó este gran presente laboral, pero remarca que consagrarse en Japón fue resultado de un trabajo muy duro y cita un ejemplo: cuando abrió su primer local en Tokio, viajó para enseñarle a los cocineros locales como preparar paellas iguales a la que vende en España.
El chef se sorprendió al descubrir que los japoneses pensaban que el tradicional plato valenciano se hacía únicamente con mariscos: "A nuestros clientes les explicamos que la receta original es la de pollo y conejo con verduras, y eso vende mucho. Además, detallamos que la forma tradicional de comérsela es directamente de la paella y rascando el socarrat. Eso les maravilla".
En sus locales orientales, Rodríguez ofrece a sus clientes cinco tipos de paella (tradicional, de verduras, de mariscos, de arroz negro y la 'fideuà'), todas realizadas con ingredientes llevados directamente de España.
Gracias al inmenso éxito de su propuesta, otros restaurantes japoneses sumaron la paella a su menú, pero los resultados fueron, remarca Paco, pésimos: "He visto auténticas atrocidades, pero no hay que irse tan lejos, en Valencia también pasa. No puede ser un todo vale. La paella está muy mal tratada. Yo, que soy un defensor a ultranza del sabor y de la paella como tal, creo que está muy injustamente tratada en muchos lugares del mundo en los que se llama 'paella' a cualquier cosa".
El chef recordó que él aprendió a preparar el plato de su padre, y explicó que la única forma de conseguir un resultado óptimo es "poner los cinco sentidos" en el trabajo, sin descuidar ningún detalle; por ese motivo, antes de permitirle a los cocineros sumarse a sus restaurantes japoneses, los hace trabajar en su local de Valencia para garantizar que siguen, paso a paso, su procedimiento: "El secreto está en que el arroz esté suelto, que tenga buen sabor y que el 'socarrat' nunca falte".
El cocinero no oculta su orgullo ante el trabajo que realiza y confiesa que se siente un embajador de su provincia natal en el lejano Japón: "Es realmente emocionante poder difundir aquí la cultura valenciana, que es a lo que me dedico, a través de la gastronomía".