Ante la intención de Donald Trump de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, el director ejecutivo de Greenpeace Internacional, Mads Christensen, ha declarado: "Una política de negacionismo climático dejará desprotegido al país frente a los desastres provocados por el cambio climático, como los incendios forestales o la repetición de huracanes. Negar los desafíos globales no los hace desaparecer, y mientras Los Ángeles sigue ardiendo, abandonar el Acuerdo de París sólo inflamará los riesgos futuros. Combatir la crisis climática requiere cooperación internacional, no aislacionismo".
"Trump y sus oligarcas pueden impulsar una agenda a favor de los combustibles fósiles a nivel nacional, pero no pueden escapar al progreso global y el impulso imparable de la acción climática. Los países que apuestan por la extracción de petróleo y gas se quedarán a la zaga del tren de la historia y la transición hacia la energía limpia".
"El mundo ha avanzado mucho y el dogmatismo negacionista está fuera de lugar. Abandonar el Acuerdo de París sólo aislará a Estados Unidos mientras otros países avanzan. El Acuerdo de París tiene la resistencia y la fuerza del consenso de casi todas las naciones, comunidades y empresas comprometidas con la justicia climática y el fin de los combustibles fósiles".
"Trump y la Administración estadounidense entrante no sólo están dando la espalda a las generaciones futuras, sino a la comunidad mundial, y renegando de una responsabilidad moral de liderazgo. Puede que la lucha se haya vuelto más dura, pero nosotros, la ciudadanía, resistiremos a la destrucción climática y permaneceremos unidas y unidos por la justicia climática y el futuro".
Por su parte, Eva Saldaña, directora ejecutiva de Greenpeace España, ha añadido: "Lo anunciado por Trump en su discurso de investidura era lo esperable siguiendo su deriva antidemocrática y su promoción obscena del racismo, machismo, xenofobia y del negacionismo suicida. La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París sitúa al país en la marginalidad, al mismo nivel que Irán, Libia y Yemen, que están fuera del acuerdo histórico, y es un intento más de seguir nutriendo el lobby fósil que lo sostiene. La comunidad internacional ha visto ya a Trump retirarse antes, pero el resto del mundo ha seguido adelante de todos modos. Volverá a ser así, porque, no nos equivoquemos: el Acuerdo de París es resiliente y avanzará en función de lo que hagamos el resto de la humanidad. El resto de países y la sociedad civil deben mantener el rumbo con determinación por nuestra democracia y nuestro futuro. Además, la transición a otro modelo energético es una responsabilidad imparable. La acción climática tiene beneficios económicos más que demostrados y, lo más importante, salva vidas".