Al menos una niña y tres niños habrían muerto y tres niños habrían resultado heridos en un ataque al Hospital Saudí de El Fasher, en Darfur del Norte (Sudán), el pasado viernes. En una muestra de los incesantes peligros a los que se enfrenta la infancia en el país. Estos niños y niñas se encontraban entre los pacientes que estaban en la sala de urgencias del hospital, donde recibían tratamiento por las heridas resultantes de bombardeos anteriores en la zona.
"Este atroz ataque es una violación flagrante de los derechos de la infancia. Se está matando y hiriendo a niños y niñas en los mismos lugares donde deberían estar más seguros frente a cualquier daño", ha afirmado la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. "Estos ataques agravan la terrible situación de las niñas, niños y familias que están atrapadas en zonas afectadas por conflictos, inseguridad y falta de protección".
En Sudán, más del 70 % de los hospitales de las zonas afectadas por el conflicto no están operativos debido a los daños, la destrucción, la falta de suministros o su uso como refugios o para otros fines. El suministro de material médico, vacunas e inmunización rutinaria se ha visto obstaculizado por los continuos problemas de seguridad y la falta de acceso, lo que ha empeorado la crisis humanitaria y ha puesto en grave peligro innumerables vidas, especialmente infantiles.
Según el derecho internacional humanitario, los hospitales gozan de protección especial y no deben ser atacados. Los ataques contra ellos debilitan la atención y ayuda esenciales que las instalaciones proporcionan a los civiles, incluidos los niños y niñas. Todas las partes en conflicto tienen la obligación de garantizar la protección de los civiles, incluidos los niños y niñas, y abstenerse de cualquier acción que pueda impedir el acceso a servicios sanitarios vitales.
"Los continuos ataques a las instalaciones sanitarias ponen en peligro la vida de los niños y niñas, y restringen su acceso a una atención médica que puede salvarles la vida, lo que puede tener repercusiones inmediatas y a largo plazo en su salud", ha concluido Russell. "La violencia debe terminar ahora. La infancia de Sudán no puede esperar más".