UNICEF ha mostrado su grave preocupación por el rápido deterioro de la situación humanitaria en el este de la República Democrática del Congo (RDC) como consecuencia de la reciente intensificación del conflicto y el aumento del número de personas desplazadas.
Sólo en los últimos tres meses, otras 658.000 personas han quedado desplazadas en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, de las cuales al menos 282.000 son niños y niñas.
En medio de una situación cada vez más inestable, con los combates acercándose a Goma, la capital provincial de Kivu Norte, las familias han abandonado los campos de desplazados de las afueras del norte y el oeste de la ciudad y se han trasladado a otros lugares del centro. Algunas de estas personas se trasladan por tercera, cuarta o incluso quinta vez en las últimas semanas.
"La situación en Goma es extremadamente grave y complica aún más una situación humanitaria que ya era más que desesperada", ha dicho Jean Francois Basse, representante interino de UNICEF en RDC. "La población ha estado expuesta a acontecimientos traumáticos, la gente está hambrienta, sedienta y agotada. Las familias se refugian en sus casas para evitar verse atrapadas en medio de la violencia. La electricidad, el agua e internet están cortados. Es difícil explicar el profundo sufrimiento de los niños, las niñas y sus familias".
Actualmente, los principales riesgos para los niños y niñas son los relativos a la salud y la protección. Las condiciones de hacinamiento e insalubridad hacen más probable la propagación de enfermedades como el cólera, el sarampión y la viruela. Es poco probable que los padres lleven a las niñas y los niños enfermos a los hospitales por miedo a quedar atrapados en el fuego cruzado y porque saben que no hay camas.
UNICEF ha recibido informes sobre un aumento del número de niñas y niños separados de sus padres o no acompañados por ellos. Esto les expone al peligro de secuestro y rapto, reclutamiento por grupos armados y violencia sexual.
UNICEF solicita 21 millones de euros (22 millones de dólares) para seguir prestando ayuda vital, que incluye el suministro de agua potable y saneamiento adecuado, medicamentos y equipamiento médico, tratamiento para niñas y niños gravemente desnutridos y servicios de protección.
"En última instancia, necesitamos que las partes en conflicto pongan fin a la escalada militar, que está agravando el sufrimiento de los niños y empeorando las ya terribles condiciones humanitarias", ha concluido Basse.