Tras el fin de los combates en torno a la ciudad de Goma, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), decenas de miles de personas refugiadas han abandonado sus campamentos. Así lo ha comunicado el personal de World Vision, que ha podido volver a entrar en la ciudad por primera vez. Debido a la interrupción de los suministros de ayuda debido a los combates muchas personas buscan desesperadamente alimentos y agua potable.
Donde hace unos días vivían más de 100.000 personas refugiadas en chozas improvisadas, ahora está desierto. En el campo de Kanyaruchinya sólo quedan restos de tiendas hechas con ramas y láminas de plástico. "Debido a que las familias están ahora dispersas por la ciudad o han regresado a la región de Kivu, al norte de Goma, es más difícil llegar hasta ellas con suministros de socorro", explica David Munkley, director de Programas de World Vision para el este de la RDC. Y añade: "Ahora tenemos que averiguar dónde están y asegurarnos de que podemos hacerles llegar lo esencial lo antes posible. Muchas casas han quedado destruidas, los hospitales están saturados y los mercados apenas tienen alimentos".
Los niños y niñas y las mujeres que amamantan a sus bebés necesitan ayuda con especial urgencia. Algunos de ellos están acampados al borde de la carretera y se encuentran indefensos ante los ataques. La situación sigue siendo muy tensa, sobre todo en las afueras de Goma donde se producen repetidos tiroteos.
A finales de enero, la milicia rebelde M23 entró en Goma. Varios cientos de personas murieron en los combates que obligaron a World Vision y a otras organizaciones de ayuda humanitaria a suspender temporalmente sus actividades de ayuda y a poner a salvo a parte de su personal.
World Vision reanudará pronto sus actividades de ayuda. Equipos debidamente formados ya están de vuelta en la ciudad. La organización de ayuda a la infancia espera que el regreso de decenas de miles de desplazados internos a lugares desiertos de Kivu Norte provoque también una situación de abastecimiento aún más tensa. Muchas familias tendrán dificultades para alimentarse porque no se han podido cultivar los campos. La salud de los niños y niñas está en peligro por la falta de agua, higiene y protección. "Para poder ayudar eficazmente en esta situación de emergencia, necesitamos urgentemente adquirir nuevos suministros de socorro, en algunos casos de países vecinos", afirma David Munkley.
Según David Munkley, es perfectamente concebible una nueva escalada de la crisis humanitaria. "Si los combates continúan a pesar del alto el fuego anunciado ahora, o se desplazan hacia el sur, hacia Bukavu, toda una nueva ciudad podría verse amenazada, lo que provocaría evacuaciones masivas y el desplazamiento de cientos de miles de personas. Desgraciadamente, la comunidad humanitaria podría no ser capaz de satisfacer necesidades tan elevadas".