En muchos conflictos armados en todo el mundo, niños y niñas son enviados a combatir como soldados. Sólo en 2020, las Naciones Unidas informaron que más de 8.500 niños y niñas, algunos de tan sólo seis años de edad, habían sido reclutados como niños soldado.
El reclutamiento y la utilización de niños y niñas en conflictos se considera una violación del derecho internacional desde 2002, y más de 170 países han ratificado el protocolo que lo prohíbe. Aun así, un informe de la ONU de 2021 reveló que más de 21 países han verificado casos de reclutamiento forzoso de niños y niñas.
Estudios de World Vision muestran que, aunque muchos niños y niñas son reclutados a la fuerza como niños soldado, otros son empujados a unirse. Las razones son variadas, desde la necesidad de protección frente a la inseguridad o el desplazamiento continuos hasta la pobreza extrema y el hambre, las expectativas de la comunidad o la familia, o la falta de esperanza en el futuro. Los niños y niñas son reclutados porque son más fáciles de manipular que los adultos, son más fáciles de alimentar y son menos conscientes del riesgo de peligro o de las consecuencias a largo plazo en sus propias vidas.
¿Cómo se recluta a estos niños y niñas y qué se espera que hagan?
En algunos casos, se asaltan aldeas, se asesina a familias enteras, se secuestra a escolares y se dice a las familias que entreguen a sus hijos o los vean morir. Otras veces, los grupos armados utilizan diversos métodos de coacción, como convencer a los niños y niñas y a sus familias de la justicia de su causa, de que es la mejor manera de mantenerse a salvo o de que es la única alternativa.
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Las tareas de los niños y niñas reclutados pueden variar, desde combatientes obligados a usar armas, hasta cocineros, espías, mensajeros, sirvientes e incluso esclavos sexuales. Los chicos tienen más probabilidades de convertirse en milicianos, pero uno de cada cinco niños soldado es una niña, y las que no son enviadas al combate se enfrentan a la violencia y la explotación de género. Su sufrimiento suele estar oculto, pero es igualmente devastador.
El futuro de los niños y niñas soldado
Los niños y niñas soldado tienen más probabilidades de morir o resultar heridos que los soldados adultos. Para los que sobreviven, hay efectos psicológicos, sociológicos y emocionales duraderos. Hablamos de infancias destrozadas, sin seguridad, sin educación, sin familia, sin atención sanitaria. Muchos de ellos son condenados al ostracismo por su familia o su comunidad cuando regresan debido a la violencia en la que han participado. Cuando cumplen 18 años, han sido testigos de lo peor de la humanidad. Las lesiones físicas y los profundos traumas emocionales acompañan a muchos niños y niñas de por vida.
En regiones afectadas por conflictos en todo el mundo, World Vision trabaja tanto en la prevención como en la reinserción. La ONG ayuda a proteger a los niños y niñas de ser reclutados como soldados abordando los factores que impulsan el reclutamiento -como la pobreza y la tensión en la comunidad- y ayuda a mejorar la estabilidad económica de las familias, a fomentar la cohesión y la pertenencia a la comunidad, a aumentar el conocimiento de los derechos de la infancia y de cómo dar la alarma si se sienten en peligro, y a fortalecer las redes comunitarias para protegerles mejor.
"Para conseguir la reintegración de estos niños y niñas en sus comunidades, World Vision les apoya con formación profesional, para que puedan desarrollar habilidades y obtener ingresos, actividades lúdicas, oportunidades para conectar con otros, y apoyo psicosocial para ayudarles a procesar las experiencias de la guerra", explica Eloisa Molina, directora de Comunicación de World Vision. "A pesar de la magnitud del desafío, queremos recordar que el mundo no puede permitir que los niños y niñas sean las principales víctimas de guerras y conflictos de adultos".