La presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, ha asistido esta tarde a la presentación del libro ‘Trazados de Arquitectura y grafitos históricos en el Monasterio de San Millán de la Cogolla, de Yuso: Una historia constructiva y coventual narrada en los muros’, que ha sido editado por la Fundación San Millán de la Cogolla. La obra ha sido presentada en un acto público celebrado en el centro cultural Ibercaja La Rioja, al que también ha asistido el consejero de Desarrollo Autonómico, José Ángel Lacalzada.
Con la edición de este libro, el Gobierno de La Rioja y la Fundación San Millán de la Cogolla contribuyen a la difusión y disfrute de un legado hasta ahora desconocido y transmitido por este monasterio Patrimonio Mundial a los siglos futuros. En este acto, se ha expuesto cómo desde que el Monasterio de San Millán de la Cogolla fuese declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997, tanto la investigación como las actuaciones de conservación han sido significativas. Con posterioridad a la declaración, se revisaron y actualizaron los conocimientos históricos sobre este monasterio benedictino, incrementándose las contribuciones en los campos de la Historia, Historia del Arte y Arqueología.
A estas contribuciones se añadieron las aportaciones de las intervenciones en la arquitectura y restauración de bienes muebles e inmuebles, de tal forma que en la actualidad se dispone de un discernimiento y comprensión bastante precisos del monumento. No obstante, más allá de la Orden de San Benito y su desamortización, de la breve estancia de la orden franciscana y de la recuperación por la de los Agustinos Recoletos en el siglo XIX, la magnitud histórica de las comunidades monásticas emilianenses y su prolongado desarrollo desde el siglo VI hasta nuestros días hace que las perspectivas de análisis se multipliquen a medida que avanzan las indagaciones.
Una de estas perspectivas es precisamente la que ofrece este libro publicado por la Fundación San Millán de la Cogolla, tras un exhaustivo trabajo de recuperación llevada a cabo por la institución durante varios años y reunido por los investigadores Begoña Arrúe, Álvaro Rodríguez y José Manuel Valle, consistente en el registro y documentación de monteas y rasguños de arquitectura, señales y marcas de cantería y todo tipo de grafitos históricos localizados en el monasterio de Yuso, tratando de aproximarnos a su significado e interpretación.
Manifestaciones
En este cenobio se conservan dos conjuntos de estas manifestaciones de máxima importancia para el conocimiento de la historia arquitectónica y vida conventual de la orden benedictina durante los siglos XVI al XIX.
El de mayor antigüedad se localiza en los muros interiores del claustro bajo, de cuya construcción, a partir de 1549, han pervivido distintos trazos y dibujos de ejecución de las obras. El otro conjunto se sitúa en la zona conventual de la segunda planta del edificio monástico -que coincide con los espacios sobre las bóvedas de la capilla Relicario (planta baja de la torre) y de la antigua sacristía, utilizados para las dependencias del noviciado desde el siglo XVII-, donde se puede contemplar una ingente cantidad de grafitos. El carácter de ambos conjuntos es muy diferente, al igual que la naturaleza de sus autores: maestros arquitectos, constructores y operarios frente a novicios y monjes profesos; aunque todos partícipes de un devenir histórico singular.
Han pasado más de veinte años desde que hubo conciencia de la existencia de estos tipos de demostraciones humanas en el edificio de Yuso durante los cuales han tenido lugar dos acercamientos previos a su conocimiento y conservación, en 2000 y en 2003-2004, pero hasta 2016 no fue posible adentrarse en su contenido gracias a la puesta en práctica de las tecnologías actuales. El resultado se presenta en un libro que desvela partes ocultas de la historia de la edificación y vida conventual de la abadía benedictina de San Millán de Yuso, a través del registro y análisis de los trazados de arquitectura y grafitos históricos conservados en los muros del claustro procesional y estancias del noviciado, desde el siglo XVI al siglo XIX. Los testimonios históricos que se presentan, apenas perceptibles a la observación visual unos, y de significados sorprendentes otros, revelan aspectos inimaginables del monasterio tanto para el espectador ocasional, como para el investigador más erudito.
Monteas y rasguños de arquitectura y construcción a lo largo de 165 metros cuadrados del claustro bajo, incisos hechos por maestros arquitectos y canteros a mano alzada o con auxilio de cuerdas, reglas y compás nos acercan a las obras de arquitectura del siglo XVI. Más de 600 grafitos escritos y dibujados por los novicios desde el segundo tercio del siglo XVII a 1835 nos ponen en contacto con la dureza del noviciado, que los hacía “ir al despojo”, pero también con sus conocimientos de escritura, música y canto, sus íntimas vivencias y los divertimentos que practicaban. De ellos se han identificado medio centenar de autores, procedentes no solo de la región, sino de muchas otras españolas, algunos de los cuales llegaron a ser abades o escritores de la orden conocidos.
La ineludible preservación de estas manifestaciones, frágiles y necesitadas de atención, así como la oportunidad de su conocimiento y difusión, ha sido posible por la aplicación de técnicas de digitalización y fotogrametría, de modo que los estudios iniciados hace veinte años con medios rudimentarios de calco, pueden hoy ofrecer una primera interpretación de su contenido. Con ella se descubre el valor histórico de este tipo de bienes patrimoniales, abriendo infinidad de perspectivas que relacionan los dos conjuntos investigados con los conservados en otros monumentos.