El contenido de La Noción se encuentra financiado por publicidad. Aceptando nuestra política de cookies nos ayudas a ofrecerte contenido y publicidad adaptado a tus preferencias.
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación, y ofrecer contenidos y publicidad de interés. Nuestros partners recogerán datos y usarán cookies para ofrecerle anuncios personalizados y medir el rendimiento.
PRINCESAS Y príncipes no suelen estar exentos de necesidad emocional. Ahora se habla mucho de inteligencia emocional precisamente porque cada vez hay más personas —en esta sociedad saturada de información— que ven atacadas su configuración sentimental, la prioridad de sus sensaciones vitales y su capacidad de entender por qué sufren o gozan. Todos somos reyes de nuestra propia vida, salvo que no sepamos manifestar comportamientos inteligentes en ella. La inteligencia es un bien valioso pero por sí misma no sirve; puede ahogarnos. Es nuestro uso de ella lo que nos salva o nos condena. Y está también el poderío inmenso que todos tenemos dentro y que, a veces, desarrollamos sorprendentemente en situaciones límite. He tenido la oportunidad de seguir algún caso personal como el de una mujer menuda, contundente y expresiva que está dispuesta a luchar contra viento y marea por conseguir sus objetivos en la vida, a pesar del vapuleo existencial que ha recibido. «La vida o los secuaces de ella —así reflexiona— me han arrebatado cosas materiales esenciales no totalmente prescindibles. Que se las queden. Pero han intentado privarme de cosas emocionales, romper vínculos, deshacer apegos. ¿Qué ha pasado? Que no han podido. El amor es incombustible, indestructible, infranqueable y no imponible. Gracias, vida; gracias, desalmados. Sigo fuerte, sigo en pie recibiendo amor y dando cariño». Quien pueda hablar a sí o sentir esa energía sabe lo que aquí se cuece: la autenticidad, la nobleza y la capacidad humana para vencer a la molicie, a la degradación y la maleabilidad en la que se encuentra la sociedad actual, hecho que aprovechan los más fuertes para manejar el cotarro a su antojo sin apenas resistencia porque el forraje indeseable no deja ver el cielo. Pero siempre habrá primeros entre iguales, esos príncipes y princesas que podan la incomprensión y animan e impulsan al resto a recuperar la civilización escondida entre hojarasca y enredaderas perniciosas.
EL ODIO conduce solamente a la degradación. Lo que el odio toca se desvirtúa, se aja, va muriéndose como una flor sin agua al sol. En cualquier parte del mundo hay discusiones virulentas y muerte. Un padre acaba de matar a sus hijos en este fin de semana, mientras otros seres humanos, por ejemplo, realizábamos meditación trascendente por la paz interior y por la unidad que esperamos en el mundo. Hoy más que nunca el mundo necesita meditar y pacificarse. Pido la palabra para eso. Pero también pido miles de millones de votos para eso. ¿Aún a esta altura de los tiempos contemplamos de forma tan indiferente las guerras? Más que nunca. Entre la televisión e internet todo parece como si se desarrollase en una película de ficción para así poder tener tema y comentar lo mal que está el mundo sin hacer nada por resolverlo. Pero la realidad es cruel, cruda y cruórica. Personas como usted o como yo matan a personas como usted o como yo. Dolor, desolación, sangre. Y las guerras, las de lo que llaman el cinturón de África, por ejemplo, manejadas desde las altas esferas de los países más desarrollados, mientras los soldados —¿por qué luchan ellos, cuál es su incentivo?—, los rasos y los oficiales de una facción matan a los soldados rasos y los oficiales de la otra facción como si se tratase de un juego. Tantas bajas computadas. Ya está. Un trabajo más. Una ocupación; un empleo; una colocación: el estadista también está realizado y cumple con su deber. Y esas estadísticas que dan la razón a ambas facciones, cada una de ellas manejadas por los intereses oscuros pero muy concretos, determinados por las potencias cuyo objetivo es muy distinto y al que sirven sumisamente todas las estrategias militares. Sendas facciones dicen tener la razón. Cada una de ellas iza su dolor como una bandera, lo cual engrosa aún más la desesperación, la rabia y la venganza. Nadie cede. Todo se justifica con sesudos informes, con claves indescriptibles. Lo hacen parecer todo muy complicado. Dan innumerables razones para explicar lo inexplicable. El sufrimiento en el mundo es incalculable. La mundialización del yo que decide en 2022 es la solución que nos queda.
REHACER LA vida. Se ha extendido mucho la acepción de este giro como la vuelta al matrimonio o al emparejamiento tras una ruptura o divorcio. Como si un solo individuo no pudiese rehacer su vida si se lo monta en soledad. Los singles, para más inri, están aumentando de manera vertiginosa. Su espacio personal, su apartamento, su coche, su comida recalentada, su gran plasma, su conexión a Internet, el adminículo corporal que ya es el móvil de pantalla táctil y todos esos elementos que confieren el característico sello de la modernidad. Sin niños ni parejas que correteen o sermoneen. ¿El paraíso? Ya les veo a él o a ella, solos en sus casas respectivas, enfundados en un batín elegante frente a la chimenea de sofisticados maderos artificiales que hasta crepitan y cuyo fuego es simulado por la energía eléctrica. Encantados. Pues no. La concepción social más chic de alguien que rehace su vida es la de que se ha emparentado nuevamente con una garantía de permanencia. Vuelta a las andadas, adiós a la gloriosa soltería de ensueño. Los hombres y mujeres de entre treinta y tantos y cincuenta y pocos años separados —y hasta los solteros de oro— que se enfrentan a la realización más o menos completa de su vida sexual no son tan envidiables. En principio, la situación y su contexto se presentan con un gran atractivo para cumplir con el rito de la caza y conquista amorosas, el flirteo y el juego erótico más bien esporádico, ya que al final los singles siguen siéndolo. La disminución en la práctica conlleva una rebaja de la libido. Esto es impepinable porque la apetencia sexual más satisfactoria incluye a un álter ego que no suele estar y que permanentemente hay que buscar. Aunque parezca baladí, en este escenario se produce una disminución del deseo, que solo en el caso de los imberbes y adolescentes estaría más garantizado. Unido a la complejidad de la vida moderna actual, con los problemas político-sociales tan peculiares, los intentos regionales de secesión en España y su tasa de paro tan elevada, por decirlo a las claras, hace que quien pueda disfrutar del sexo en pareja hoy es un privilegiado.
EL EMBRIÓN de la democracia europea —según ha otorgado la UNESCO— radica en la ciudad española de León, donde han sido analizados los Decreta, los testimonios documentales más señeros, añejos y antiguos del procedimiento parlementario tal como lo conocemos en la actualidad, capaces de evidenciar sin duda alguna un modelo de gobierno y de administración original en el marco de las instituciones españolas medievales, en las que por primera vez en la historia el pueblo participa tomando decisiones del más alto nivel junto con el Rey, la Iglesia y la Nobleza a través de representantes elegidos (votados) en pueblos y ciudades. Se produce en el medievo, si bien muchísimo antes hubo una democracia casi perfecta: la de los griegos en Atenas. Pero la democracia ateniense era esencialmente masculina; las mujeres no participaban y estaba muy extendida, aparte, la homosexualidad, ya que, por ejemplo, cuando el estado enviaba sus ejércitos a luchar con sus rivales, el general de los mismos estaba acompañado por un efebo para celebrar sus conquistas gozándole sexualmente. El mismo Platón, en su lecho de muerte, deja ciertas pertenecias en herencia, no a su esposa, sino a su amante hombre. Por su parte, los romanos, inventores del Derecho Romano, tenían, sin embargo, esclavos y si estos cometían cualquier error o menudencia eran arrojados a una piscina llena de pirañas. La democratización justa ha de ser para todos y cada uno de los seres humanos que pueblan el planeta. España es documentalmente pionera, también, de la primerísima globalización histórica: la de Juan Sebastián Elcano. Por lo tanto, no es aventurado afirmar que el origen de la democracia mundial, en el concepto que hoy la entendemos, se inició en la ciudad española de León. Es el rey Alfonso IX quien la provoca por primera vez en la historia. Estas Cortes, que se celebraron en el Claustro de San Isidoro, recinto románico leonés, en 1188, son el reconocimiento de derechos predemocráticos a los ciudadanos y en ellas se le concede al pueblo la prerrogativa de intervenir en la decisión de los asuntos públicos.
RIQUEZA, trabajo, reparto y una factible renta básica configuran el silogismo del futuro español. Ejemplos en el mundo ya hay. Un informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) compara la media de dedicación en cómputo de tiempo y resulta que el español estadístico viene a trabajar doscientas noventa y ocho horas más que un alemán y trescientas cinco por encima del cómputo anual en jornadas laborales de un holandés. Siempre me fascinó oír hablar de esa prosperidad para el mundo, de disponer de tiempo para liberar el cuerpo y enriquecer el espíritu. La cultura de ocio consiste en disponer de tiempo (equiparable a dinero) para dedicarlo a actividades enriquecedoras del espíritu, mientras el esfuezo para conseguir los bienes materiales precisos ha de reducirse. El exacerbado individualismo, alimentado por un narcisismo inculcado, pervierte esa vida buena, es la pera en dulce de los grandes partidos políticos, la tácita obsesión por la fagocitación social sin interconexiones, individuos aislados componiendo una gran masa para evitar el auténtico bienestar genérico. España aún goza de un gran sistema sanitario público. El mismo denuedo hay que poner en un trabajo repartido (del que realmente existe) y bien remunerado para todos, algo digno de estudio en un plan mundial de distribución más equitativa de la riqueza y el trabajo. También, en conseguir garantizar un promedio mínimo de ingresos para todos, incondicional y permanente primero en casos de paro desde el primer momento. Si existen países que ya registran jornadas laborales más reducidas y son también precisamente los que mayores ventajas ofrecen a los trabajadores, ¿por qué no emularlos? Según los cálculos de la OCDE los daneses son los ciudadanos con los sueldos más elevados. En la misma cumbre dorada se cuentan países como Francia, Islandia, Irlanda y Luxemburgo. Suiza, aparte de ser la madre patria de la banca y de las saneadas cuentas, registra la mayor cobertura de la Seguridad Social. Que la política persiga esta meta y no lo inconfesable.
Actuaciones de la Guardia Civil y de la Policía Nacional
En esta web se encuentran alojados los vídeos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional para que compruebes en qué consiste su trabajo y cuáles son las misiones que tienen encomendadas, además de vídeos sobre medio ambiente, sucesos, reportajes y otras temáticas.
¿Quieres hacer publicidad en medios digitales al mejor precio?
Anúnciate en La Noción desde 40 euros al mes
Si estás buscando añadir tu publicidad en medios digitales, con los que poder adquirir una mayor visibilidad en Internet y poder llegar así a más personas que puedan estar interesadas en tus productos o servicios las noticias españolas es tu lugar.
Si estás interesado/a en insertar tu publicidad en medios digitales y has elegido La Noción para ello, ponte en contacto con nosotros y te informaremos y te asesoraremos al respecto.