ESPAÑA —superposición de experiencias, interrelación de culturas y de diversidad humana— cuenta en Andalucía con su esencia más genuina. Godos, fenicios, romanos, árabes y los pueblos que llegaron a tener noticias de Iberia se sintieron atraídos por ella y generaron conquistas e intercambios. La península siempre fue un lugar codiciado por su clima, por su localización estratégica y por la fertilidad y exuberancia de sus tierras. Por otra parte, el descubrimiento de América enriqueció aún más la adaptabilidad, el mestizaje, las contribuciones y la generosidad hispánicas. Somos una nación integradora. La españolidad se distingue por el aperturismo y la mentalidad práctica que nos lleva a importar culturalmente aquello que creemos que nos beneficia y a rechazar lo que nos divide. No por el hecho de venir de fuera rechazamos lo que nos llega, una actitud que nos ha enriquecido a lo largo de los siglos. El día de Andalucía tiene un sabor especial, huele a lindezas, mezcla de biznaga, montaña, mar, salero. Sentir la esencia andaluza es vivir sin tapujos, decir las cosas como se sienten, en una región donde nadie se molesta con el lenguaje coloquial, donde la mejor psicología es el arrebato espontáneo de las gentes, donde el pan con aceite y tomate es lo normal con el café del desayuno, donde la vida es vida corriente y al tiempo sublime. Andalucía sabe saborear lo auténtico, su idiosincrasia acomoda a España de forma natural, históricamente y en estos procelosos momentos de cambios y descontento; el pueblo andaluz es sano, directo y entrañable. En Andalucía nadie es extraño, sino que se le admite como un elemento más, totalizador del diario caminar hacia un mismo objetivo. Si queremos catalogar una diferencia con el resto de las regiones españolas es esta: la que le hace vibrar y movilizarse con lo integrador y lo hispánico, característica envidiable y personalísima de la que brotan, por ejemplo, pintores como Picasso o Velázquez, poetas como Lorca, filósofos como Séneca, actores como Antonio Banderas.
TODOS TENEMOS esos momentos en la vida en que precisamos alejarnos un poco para reencontrarnos con nosotros mismos. Hoy me alejo del cuadro con el afán de observar el conjunto. Quizá vea todo tan inmenso que no pueda explicarlo. Estoy frente a una obra pictórica gigantesca, compuesta también por la diversidad de otras obras. Es el mosaico de la vida. Algunas son más oscuras, otras más livianas, otras más intensas; la variedad es infinita. La obra es amplia, colorida, por momentos compleja. Obtengo toda la información en un instante. Mi cabeza no es sencilla, nunca lo fue. ¿Cómo dejar mi mente en blanco? Meditar, que se aquieten los pensamientos es como intentar apaciguar las burbujas del agua hirviendo. Cada sensación, experiencia o sentimiento pasan por el tamiz de mi mente, que las recrea, las metaboliza y se deleita en ellas, construyo nuevas imágenes con esa materia prima. Juego con ella y surgen infinitas asociaciones que configuran nuevas escenas de la gran obra de la vida. ¡Estaba perdiéndome mucho tan de cerca! Hice algo tan sencillo como alejarme para ver la rica composición de sensaciones, movimientos y colorido del gran entramado de vivir. De repente, veo todo muy claro, tan claro y simple que hasta me da grima no haberlo visto antes, haber dedicado tanto tiempo a buscar respuestas que tenía delante de mí. Y hay una sensación que me da un color: el blanco. Es una pista eterna de nieve blanca. Es ese frío dulce, silencioso, es una palabra plena. No puedo explicarlo, no puedo abarcarlo, por eso quisiera que mis ojos hablaran. Que dijeran todo en un pestañeo, que ellos le pusieran el color. Y que todos lo pudieran ver y entender. Solo veo blanco hoy. Es la síntesis de todos los colores. Hoy podría morirme feliz. De ahí quizá esa luz deslumbrante, blanquísima, al final del negro túnel de quienes han experimentado la inminencia de la muerte y han podido regresar. Me pasa lo mismo: podría morir, pero no. Estoy más vivo que nunca.
RIQUEZA,
trabajo y reparto configuran el silogismo del futuro. Ejemplos en el
mundo ya hay. Un informe la OCDE (Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico) compara la
media de dedicación en cómputo de tiempo y resulta que el español
estadístico trabajó en 2012 doscientas noventa y ocho horas más que un
alemán y trescientas cinco por encima del cómputo anual en jornadas laborales de un holandés. Siempre me fascinó oír hablar de esa prosperidad para el mundo, de
disponer de tiempo para liberar el cuerpo y enriquecer el espíritu. La
cultura de ocio consiste en disponer de tiempo para dedicarlo a actividades enriquecedoras del
espíritu, mientras el esfuezo para conseguir los bienes materiales
precisos ha de reducirse. El exacerbado individualismo, alimentado por
un narcisismo inculcado, pervierte esa vida buena, es la pera en dulce
de los grandes partidos políticos, la tácita obsesión por la
fagocitación social sin interconexiones, individuos aislados componiendo
una gran masa para evitar el auténtico bienestar genérico y favorecer
el de unos pocos. Hemos salvado en España la salud pública con el
caso de la paralización en Madrid del proceso de privatización de seis
importantes hospitales del sistema sanitario nacional. El mismo denuedo
hay que poner en un trabajo repartido (del que realmente existe) y bien
remunerado para todos, algo muy factible con un plan mundial de
distribución más equitativa de la riqueza y el trabajo. Si
existen países que ya registran jornadas laborales más reducidas y son
también precisamente los que mayores ventajas ofrecen a los
trabajadores, ¿por qué no emularlos? Según los cálculos de la OCDE los
daneses son los ciudadanos con los sueldos más elevados. En la misma
cumbre dorada se cuentan países como Francia, Islandia, Irlanda y
Luxemburgo. Suiza, aparte de ser la madre patria de la banca y de las
saneadas cuentas, registra la mayor cobertura de la Seguridad Social.
Los políticos —ellos que pueden y en lugar de robarnos— que escudriñen
esos modelos. Son las auténticas conquistas exigibles y el genuino
talante del administrador público si quiere seguir siendo respetado por
la adusta y ordeñada ciudadanía de países del rango de España, acosados
sin piedad por la austeridad, mientras las leyes y el oscurantismo
gobernante han permitido el despojo, el expolio y el paro.
Actuaciones de la Guardia Civil y de la Policía Nacional
En esta web se encuentran alojados los vídeos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional para que compruebes en qué consiste su trabajo y cuáles son las misiones que tienen encomendadas, además de vídeos sobre medio ambiente, sucesos, reportajes y otras temáticas.
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