El Ayuntamiento de Málaga, a través de la Empresa Municipal de Aguas (Emasa), sigue implementando medidas para reducir el consumo ante la situación de excepcional sequía. Junto al plan para regular de forma gradual la presión del agua que se inyecta en las redes de toda la ciudad para minimizar las fugas (a más presión, mayor potencialidad de cantidad de agua fugada) y moderar el consumo con la previsión de que se podría conseguir un ahorro del 20%, también se está incrementando el control sobre todos los usos con el objetivo de detectar prácticamente en tiempo real posibles pérdidas de agua haciendo un seguimiento continuo de las diferencias entre los caudales que se suministran y los que registran los contadores parciales.
En este sentido, se está poniendo especial énfasis en los grandes consumidores (industrias, centros comerciales, complejos deportivos, establecimientos hoteleros,…), para lo que ha iniciado la adquisición de unos 1.200 dispositivos de telelectura que serán instalados en los contadores de estos clientes. Con este refuerzo de la supervisión sobre los consumos que realicen se pretende localizar de una forma más ágil y rápida cualquier fuga o incidencia que se pueda producir en sus conducciones interiores. A modo de referencia, los cien mayores consumidores de Málaga representan algo más del 8% de los 35,1 millones de metros cúbicos (2,9 millones de metros cúbicos) que el año pasado fueron facturados por Emasa a la totalidad de los 229.554 clientes que tiene entre domésticos, empresariales y oficiales.
Así lo ha explicado hoy jueves la concejala de Sostenibilidad Medioambiental, Penélope Gómez, quien ha aprovechado para volver a pedir a los ciudadanos su colaboración y esfuerzo para moderar el uso de agua ante esta situación de emergencia. En este sentido, también ha instado a la ciudadanía a cumplir el bando dictado el pasado 16 de noviembre por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que prohíbe el uso de agua potable para baldeo, riego de zonas verdes públicas y privadas, lavado de coches fuera de establecimientos autorizados o llenado de piscinas privadas.
En paralelo, Gómez ha recordado las medidas de ahorro de agua que viene implantando el Ayuntamiento sin tener que llegar a aplicar cortes, a la vez que se sigue avanzando en proyectos para aumentar las aportaciones alternativas a los embalses mediante un mayor aprovechamiento de pozos del Bajo Guadalhorce y del freático, reducir las fugas en la red, optimizar la capacidad de tratamiento de la desalobradora de El Atabal y potenciar el uso de agua regenerada.
Regulación de presiones
En este contexto se enmarca el plan de regulación de presiones encaminado fundamentalmente a minimizar las pérdidas (más información en https://www.malaga.eu/el-ayuntamiento/notas-de-prensa/detalle-de-la-nota-de-prensa/index.html?id=170113). Esta medida ya se está realizando en horas valle y de menor demanda, principalmente por la noche, en algunas zonas donde la presión es mayor y las viviendas tienen menos altura obteniéndose una minoración de los caudales dispuestos que llegan incluso al 50%.
En base a estos resultados, se irá extendiendo progresivamente a la práctica totalidad del centenar de sectores en la que está estructurada la ciudad con la previsión de completar el plan en un plazo aproximado de cuatro meses y la estimación de que se podría reducir el consumo de la ciudad en torno a un 20%. Sobre este plan, desde Emasa se recomienda a las comunidades de propietarios que revisen los grupos de presión internos de los edificios para minimizar afectaciones y garantizar que el suministro llegue a todas las alturas en el supuesto de que en los próximos meses hubiera que proceder a una regulación aún mayor si siguiera sin llover.
Reparación de redes
En la misma línea, aunque Emasa viene trabajando continuamente en la detección y el arreglo de fugas en las redes de abastecimiento, a mediados de agosto se diseñó un plan de choque de reparación de pérdidas de agua que hasta el momento ha posibilitado la ejecución de una treintena actuaciones en distintas conducciones principales, entre las que destacan las acometidas en Blas de Lezo, Valle Inclán, Paseo Marítimo Ruiz Picasso, Alameda de Capuchinos, Simeón Giménez Reyna, Virgen del Pilar y Princesa. En paralelo a estos planes preventivos, también se siguen impulsando obras de renovación de redes en distintos puntos de la ciudad.
Además, en ese reto de captar menos recursos de las reservas de los embalses se está apostando por un mayor aprovechamiento de los recursos subterráneos. Así, se siguen utilizando los pozos de Aljaima y Fahala mientras se trabaja en la posible puesta en marcha de otros pozos en desuso del entorno del Bajo Guadalhorce. Igualmente, se ha conseguido incrementar hasta en 2 Hm3 el agua superficial del río Guadalhorce a través del mayor aprovechamiento del azud de Aljaima y se ha desarrollado el proyecto de ampliación de la capacidad de producción de agua potable de la IDAS El Atabal, con lo que se ha conseguido aumentar la capacidad de tratamiento en un 10%. Por otra parte, cabe recordar que los parques y jardines públicos no se riegan con agua potable y se nutren con agua del freático, la empresa municipal Limpieza de Málaga ha reducido las tareas que emplean agua y se ha interrumpido el suministro de todas las fuentes de beber (las ornamentales tienen un circuito cerrado), así como las duchas y lavapiés de las playas.