La Policía Nacional ha desmantelado en Mijas (Málaga) un club cannábico situado en un establecimiento de una antigua tienda de informática, donde traficaban supuestamente con sustancias estupefacientes.
Cuando los agentes realizaron la inspección en el local, localizaron a más de 20 personas en el interior del inmueble, que no reunía los requisitos legales de apertura al público, al no tener licencia de apertura, y en el que se incumplían las medidas de seguridad frente a la COVID-19.
La investigación finalizó con la detención de los dos responsables del negocio y la intervención de 1.896 gramos de marihuana, 606 gramos de hachís, 199 cigarros preparados de cannabis y 335 euros en efectivo.
Esta operación, llevada a cabo por la UDEV de la Comisaría de Fuengirola, se inició a partir de unas informaciones recabadas por los agentes, tras realizarse varias actas de aprehensión de droga en las inmediaciones del local, han informado desde la Policía Nacional en un comunicado.
Durante el operativo los agentes pudieron comprobar un trasiego constante de personas que entraban y salían del local con droga tras permanecer un breve espacio de tiempo en su interior. Una vez realizadas las pertinentes indagaciones, los investigadores realizaron una inspección en el referido local, que seguía utilizando un cartel anunciador de un antiguo negocio --una empresa de informática--.
El establecimiento en cuestión utilizaba importantes medidas de seguridad para su acceso, tales como portero electrónico y cámaras de vigilancia. En su interior encontraron a los responsables del local, un hombre y una mujer que fueron arrestados como presuntos responsables de un delito contra la salud pública después de comprobar que se dedicarían a la venta y distribución de distintas sustancias estupefacientes.
En el transcurso de las diligencias, la Policía Local acudió al establecimiento a requerimiento de los actuantes, levantando propuestas de sanción administrativa al establecimiento por realizar actividad hostelera encubierta, carecer de licencia de apertura y de libro de quejas, entre otras.
La investigación concluyó que este establecimiento funcionaba realmente como punto de venta y distribución de sustancias cannábicas --hachís y marihuana-- bajo la apariencia de un club de fumadores.