El Servicio de Neurología del Hospital Universitario de Cabueñes incorpora un nuevo tratamiento para personas con párkinson avanzado que aumenta su independencia y su calidad de vida. La terapia consiste en implantar una bomba de infusión subcutánea que libera de forma continua dopamina, una sustancia química importante en el control del movimiento. El aporte constante de esta molécula durante las 24 horas del día aporta a los pacientes una notable mejoría, tanto de los temblores esenciales o la lentitud como de otros síntomas tales como el dolor, la ansiedad o los trastornos del sueño.
Dos pacientes del área sanitaria V, con cabecera en Gijón, se benefician ya de este tratamiento, que podría aplicarse a unas 30 personas de esta zona. Un equipo de neurólogos se encargará de valorar, de forma individualizada, a los potenciales usuarios de esta terapia, aprobada a principios de año por la Agencia Española del Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
Aunque actualmente no existe un tratamiento curativo para el párkinson, en los últimos años se ha producido un importante desarrollo de las terapias avanzadas, cuyo mayor desafío es identificar marcadores que permitan detectar a aquellas personas en riesgo de desarrollar la enfermedad en el futuro. Esto contribuiría a iniciar terapias que permitan prevenir o modificar el curso de esta patología.
Mañana se conmemora el Día Mundial del Párkinson, jornada con la que se quiere concienciar sobre esta enfermedad neurodegenerativa que es el segundo trastorno más común en este campo de la medicina, tras el alzhéimer.
Los síntomas más típicos son el temblor de reposo, la rigidez y la lentitud en los movimientos. Además, se pueden asociar otros como deterioro cognitivo, problemas intestinales, sudoración intensa o dificultades para conciliar el sueño. Todos ellos se deben a la pérdida de neuronas encargadas de producir dopamina.
Esta enfermedad afecta especialmente a personas mayores, con una incidencia aproximada entre el 2% y el 3% de la población de más de 65 años. El porcentaje de afectados aumenta hasta el 5% entre las personas de 85 años. Además, en un pequeño número, aproximadamente un 10%, la enfermedad puede ser hereditaria y afectar a varios miembros de la familia.
En Asturias se calcula que hay más de 4.000 personas afectadas, una cantidad que aumentará en las próximas décadas por el envejecimiento de la población.