El Gobierno de Asturias rendirá homenaje al escritor Xosé Álvarez Pin en la 46 Selmana de les Lletres Asturianes, que se celebrará en 2025. La Consejería de Cultura Política, Llingüística y Deporte ya ha comenzado a diseñar la programación que rendirá tributo al autor del libro de relatos Fíos de naide, uno de los ejemplos más sobresalientes de la producción literaria de los años 70 y 80 del pasado siglo.
De esta forma, Cultura reconoce a uno de los máximos exponentes de la literatura asturiana en la diáspora, pues Pin mantuvo viva la cultura regional tanto en Argentina, país al que emigró muy joven desde Belmonte de Miranda junto con su madre, y más tarde desde Madrid. Desde el país americano mantuvo una relación emocional con Asturias y su literatura y desde la capital española continuó nutriendo la literatura infantil en lengua asturiana y se vinculó con asociaciones muy activas en la defensa de las lenguas y la cultura de Asturias, pues formó parte de Conceyu d'Asturies en Madrid.
A través de la figura de Álvarez, Cultura quiere poner en valor el papel de la emigración en la protección de la literatura y la lengua asturiana. Con este objetivo, pondrá en marcha un ambicioso programa, en colaboración con los centros asturianos, que reconocerá y visibilizará a aquellas personas e iniciativas que, desde la diáspora, mantuvieron viva la cultura asturiana como principal pilar de su identidad y legaron este sentimiento a las siguientes generaciones. La cultura y la lengua fueron lazos que permitieron abrazar a la patria de origen desde la distancia y hermanarse con otros semejantes, al tiempo que hicieron a la emigración asturiana embajadora de su tierra, contagiando este sentimiento a sus convecinos en los diferentes países de acogida.
Pin, emigrante y activista adelantado al Surdimientu
Xosé Álvarez Pin nació en Cigüedres, en Belmonte de Miranda, en 1948. Muy pequeño emigró junto con su madre a Argentina y regresó después a Madrid. Su vinculación con Asturias y la su cultura fue fundamentalmente emocional. Trabajó en el servicio de coches-cama de Renfe y terminó su vida laboral como empleado de banca.
Se adelantó casi una década al Surdimientu, escribiendo su primer cuento en asturiano en 1966, con 18 años. En 1970, la revista Asturias Semanal, en la que cuatro años más tarde nacería Conceyu Bable, le publica una carta en asturiano. En 1973 gana el concurso de cuentos que convoca el Museo del Pueblo de Asturias, escribiendo sobre las iniciativas de la Asociación d'Amigos del Bable.
En 1975, en la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid, se empiezan a reunir un grupo de asturianos que terminan formando la Asociación Conceyu d'Asturies un año después. El colectivo, que llegó a tener local propio en Fuencarral, publicó dos revistas -Restallu y El Picatueru- y convocó varios concursos de poesía y narración, siempre alrededor del trabajo de Xosé Álvarez, alma de la asociación. Fueron muchos los asturianistas vinculados a este grupo: Neto, Fonsu Velázquez, Xuan Cándano, Xelu Neira, Xicu Yepes, Xulio Llaneza, Pepa Fernández, Xulio Ramos, Xosé María Rodríguez, Roberto González-Quevedo, Javier Cuartas, Carme Tineo, Celia Cardo, Mario Bango, Antonio Palicio, Cándida Domínguez, Maestru Casanova, Alfredo Huergo, David Rivas, Llarina Rodríguez, etcétera. A partir de 1984, Xosé Álvarez abre un paréntesis en su activismo y la asociación cesa su actividad.
En los años 80 publicó tres libros en Madrid: El bable de Xuanín ia outrus cuentus (1980), que es la primera recopilación narrativa de un autor del Surdimientu; Fíos de naide (1981) y Los tres reis (1983), uno de los primeros libros infantiles de la época. Su producción narrativa quedó recogida en el volumen Cuentos en 2000. Miembro correspondiente de la Academia de la Llingua Asturiana, esta institución publicó en 2011 un interesante Vocabulariu de Miranda, el trabajo de toda una vida de recopilación de palabras y expresiones de su concejo natal. También dejó trabajos de recogida de refranes.
Recibió el Urogallo de bronce en la categoría literaria del Centro Asturiano de Madrid en 1990 y dio nombre a un concurso de cuentos en asturiano que convocaba este mismo centro a inicios del siglo XXI.
Hacia el año 2000 regresó al activismo lingüístico y cultural, con la idea de volver a poner en marcha el Conceyu d'Asturies en Madrid. Sin embargo, falleció repentinamente en su pueblo natal de Cigüedres, donde pasaba unos días, en 2001.