Un estudio coliderado por el investigador del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado (Ispa) y de la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria (Finba), Juan Mayordomo Colunga, ha demostrado que la ventilación mecánica prolongada reduce la capacidad pulmonar en pacientes pediátricos gravemente enfermos.
El resultado de la investigación, que se conoce como LUS-PICO (acrónimo del inglés Lung ultrasound score-pediatric intensive care outcomes), servirá para detectar los casos más graves que pueden requerir un tratamiento más intensivo y evitar una ventilación mecánica prolongada, así como otras complicaciones asociadas a una mayor duración de los ingresos en las unidades de cuidados intensivos pediátricos.
Estas conclusiones se han obtenido mediante el seguimiento de 538 niños graves ingresados en UCI, a los cuales se les realizó una primera ecografía a pie de cama, a las doce horas del ingreso, y otra a las 48-72 horas, para valorar el grado de aireación de sus pulmones.
En este trabajo han participado 24 unidades de cuidados intensivos pediátricas españolas y una portuguesa. Junto con Juan Mayordomo, intensivista pediátrico en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y profesor asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo, ha coliderado la investigación Ignacio Oulego Erroz, pediatra especializado en cardiología pediátrica y cuidados intensivos pediátricos en el Centro Asistencial Universitario de León.
Este grupo pertenece al Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) de Enfermedades Respiratorias, que lidera el doctor Guillermo Muñiz Albaiceta, director científico del Ispa. Además, el estudio forma parte de la tesis doctoral de Pilar de Castro Vecino.
Parte de los resultados del trabajo LUS-PICO se recogen en el artículo Lung Ultrasound Score, Severity of Acute Lung Disease and Prolonged Mechanical Ventilation in Children, publicado en la American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, una de las revistas más prestigiosas del mundo en el ámbito de los cuidados intensivos y que, de forma excepcional, difunde contenidos pediátricos.
La ecografía pulmonar clínica
La ecografía pulmonar clínica o a pie de cama es capaz de estimar de forma no invasiva, fiable y sin irradiación –algo que sí producen la radiografía convencional y la tomografía computarizada e escáner-, la cantidad de líquido que hay en los pulmones.
Según explica el doctor Mayordomo, "un pulmón sano prácticamente no tiene líquido, sino que está lleno de aire casi al completo. Sin embargo, en caso de inflamación, como la que causa una neumonía grave, el líquido se acumula". De la misma forma, cuando el corazón o los riñones no funcionan adecuadamente, los pulmones también acumulan líquido y pierden aireación. Por tanto, el líquido en los pulmones es un buen reflejo del daño que se produce en otras partes del organismo en niños graves.
Este tipo de ecografía ha experimentado una enorme expansión a raíz de la pandemia de la covid, ya que servía de ayuda para estimar la afectación pulmonar de los pacientes, generalmente adultos de edad avanzada. La prueba también ha demostrado su eficacia para conocer la causa y la gravedad de la dificultad respiratoria de los recién nacidos, sobre todo en prematuros, así como para indicar el tipo de tratamiento que precisan. Hasta ahora, los beneficios de la ecografía pulmonar en niños graves mayores de un mes apenas se había estudiado.