Los caballeros legionarios paracaidistas Mancebo y Hernández, del Regimiento de Infantería "Zaragoza" nº 5, se encontraban, el 21 de junio, circulando por la MU-30 en dirección al acuartelamiento "Santa Bárbara" en Javalí Nuevo (Murcia), tras realizar un movimiento logístico.
En un momento determinado, observaron cómo un motorista sufrió un accidente: había perdido el control de la moto, y tras caer y deslizarse por el asfalto, quedó tendido en medio de la autovía inconsciente.
Inmediatamente, los militares detuvieron su vehículo y empezaron a proteger la zona del accidente, obligando al resto de vehículos a disminuir su velocidad, desviando el tráfico por el carril que quedaba libre. Se detuvieron junto a ellos otros dos vehículos civiles a los cuales dieron instrucciones para que les apoyaran en la protección de la zona y avisaran a una ambulancia.
Tras quedar liberados del control del tráfico, se centraron en socorrer al motorista, quien, inconsciente, respiraba con dificultad y presentaba quemaduras por todo el cuerpo y la cara ensangrentada.
Los militares decidieron colocarlo en posición lateral de seguridad, sin retirarle el casco, con el objetivo de facilitar la ventilación y evitar un ahogamiento por la sangre que esputaba, a la vez que protegían su zona cervical.
En ese momento, se detuvieron en el lugar del accidente un policía local y una médico fuera de servicio, dedicándose los soldados a seguir las instrucciones de la médico en atención al conductor.
A la llegada de la ambulancia, cortaron el tráfico en los dos carriles para proteger la atención del personal sanitario, pues el accidentado se encontraba todavía en medio de la calzada. Tras la llegada de una patrulla de la Guardia Civil, que se hizo cargo de la situación, los militares pudieron continuar su camino.