Con la llegada del frío son muchas las personas que empiezan a preocuparse por el consumo energético de su hogar. Además de afectar al medio ambiente, un consumo energético elevado se traduce en una factura de la luz más cara, lo que puede suponer un problema para más de una familia.
Aquí te vamos a ayudar con algunos consejos para mejorar la eficiencia energética de tu hogar. De esta forma, teniendo en cuenta estos aspectos podrás seguir disfrutando de la comodidad de tu hogar sin renunciar a nada y sin que te tengas que preocupar por un excesivo consumo energético.
Aislamiento térmico en el hogar
Contar con un buen aislamiento térmico en el hogar es una de las mejores inversiones que puedes llevar a cabo. Que una vivienda esté bien aislada térmicamente implica tener menos fugas de calor en invierno y también que entre menos en verano.
Con un buen aislamiento térmico se consigue mantener una temperatura más estable y agradable en la vivienda durante todo el año, lo que mejora el confort de la misma significativamente.
Por otro lado, cuando esto se produce, se reduce la necesidad de tener que encender un aparato de aire acondicionado en verano o la calefacción en invierno, por lo que también se ahorra energía en ese sentido.
Para lograr un buen aislamiento en un hogar no solo se pueden revestir las paredes o el techo, sino que también se pueden llevar a cabo pequeños cambios que ayudan a lograrlo, por ejemplo, la sustitución de las ventanas por unas más eficientes o elegir unas puertas que ajusten mejor y tengan buenos burletes para evitar las fugas de aire.
Regulando la calefacción y la refrigeración
En el caso de querer contar con aparatos de refrigeración o calefacción es importante que estos sean inteligentes. La inteligencia artificial está mejorando muchos electrodomésticos por varios motivos diferentes.
En primer lugar, contar con un termostato inteligente te permitirá controlar la temperatura de una forma mucho más precisa. Esto te ayudará con el ahorro de energía, ya que no tendrás que preocuparte por ajustarlo continuamente, sino que el propio termostato se regulará teniendo en cuenta dicho consumo.
En el caso de contar con calefacción central antigua, una buena idea puede ser cambiarla por una caldera de condensación. Estas calderas de condensación son mucho más eficientes y, por lo tanto, pueden reducir el consumo notablemente.
La iluminación de la casa y los electrodomésticos
Una de las formas más inteligentes de ahorrar energía a final de mes es vigilar la iluminación de la casa. En este caso, lo más recomendable es apostar por bombillas LED. Cambia todas las bombillas de tu casa por bombillas LED, ya que estas consumen mucho menos energía que las bombillas incandescentes o fluorescentes y, además, tienen una mayor duración.
Además, la iluminación LED también tiene otras ventajas asociadas, por ejemplo, resulta mucho más fácil regular la intensidad de la luz y, dependiendo el modelo, también se puede ir alternando entre diferentes colores.
Si vas a cambiar algún electrodoméstico de la casa es importante que prestes especial atención a la etiqueta energética con la que cuentan. Los electrodomésticos que cuentan con una buena eficiencia energética son aquellos que tienen la etiqueta A+++. Esta eficiencia energética significa el consumo energético de dicho electrodoméstico, por lo que, cuanto mejor sea, menos consumirá.
A pesar de que los electrodomésticos más eficientes pueden ser algo más caros, vas a acabar ahorrando dinero a final de mes debido al poco consumo energético con el que cuentan. Se trata de una inversión a largo plazo que se recupera antes de lo que te imaginas.
Otros consejos
Finalmente, te recomendamos que te plantees la instalación de paneles solares en la medida de lo posible. Si cuentas con tu propia red eléctrica con la que poder generar algo de energía tendrás un buen ahorro a final de mes.
Aprovecha la luz natural al máximo. Para sacar mayor provecho de la luz natural opta por distribuciones inteligentes en las habitaciones, es decir, procura no colocar mobiliario que pudiera dificultar la entrada de luz en la vivienda para así tener acceso a una mayor luz solar.