A pesar de que hoy en día tenemos bastante normalizado el uso de internet, lo cierto es que no siempre ha sido así. Probablemente muchos de nosotros estaríamos perdidos si no pudiéramos conectarnos a internet. Por lo que a nosotros respecta, querido lector, ni usted pudiera estar leyendo este artículo ni yo podría estar compartiéndolo.
No hay que echar mucho la vista atrás para darse cuenta de que, en un principio, internet era un recurso del que hacían uso unos pocos. Los más veteranos recordarán cómo algunos se conectaban a través de su teléfono fijo a internet y muchas veces la conexión se perdía cuando entraba en casa una llamada.
Con el paso del tiempo hemos visto cómo internet ha ido llegando, no solo a más hogares, sino también a los dispositivos móviles. A pesar de que todo esto puede parecer una ventaja, debido a la gran cantidad de información de la que se puede disfrutar, ha provocado un problema de lo más importante, la brecha digital en la educación.
¿Qué es esta brecha digital en la educación?
La brecha digital en la educación se explica cómo la desigualdad que existe en el acceso a dispositivos digitales. Hemos normalizado tanto el uso de internet que hemos creado una desigualdad entre aquellas personas que acceden a internet de una mejor forma que otras.
A pesar de que el uso de internet está normalizado y masificado, no todo el mundo cuenta con un potente smartphone para tener internet en cualquier parte o no dispone de la suficiente banda ancha como para hacer un uso extensivo de la red. Esta desigualdad a la hora de acceder a internet tiene consecuencias en la educación, por ejemplo, provocando cierta desigualdad en las oportunidades de aprendizaje.
Resulta mucho más fácil ver este problema cuando se debe solicitar una cita online para ver al médico. Una persona mayor que no cuenta con la tecnología adecuada o los conocimientos necesarios para pedir la cita presenta más problemas que alguien más acostumbrado a estos dispositivos.
Los problemas se presentan a la hora de seguir el ritmo en la educación
En el caso de la educación, los estudiantes que tienen más dificultades para acceder a la red de una forma sencilla pueden tener problemas para seguir el ritmo de la educación. Hablamos de la problemática que sucede al tener dificultades al entregar ejercicios por internet, disfrutar de tutorías virtuales o simplemente de comunicarse con el centro de enseñanza por diferentes aspectos.
Esto es un problema que no existía hace unos años y que ha sido provocado por el desarrollo y la evolución de internet. En esencia, no se trata de concluir que la evolución de internet ha sido algo negativo, ni mucho menos, este progreso ha traído muchas ventajas de la mano. Sin embargo, sí que resulta importante identificar el problema y tomar las medidas necesarias para que su impacto sea lo más mínimo.
Algunas de las medidas que se pueden implementar y trabajar durante los próximos años tienen que ver con garantizar el acceso universal a los dispositivos y a una mejora de la conectividad, formación en competencias digitales y colaboraciones entre instituciones educativas, empresas relacionadas y gobiernos.
Todas estas medidas pueden cerrar la brecha digital que existe en la educación y acabar con una problemática que afecta a unos alumnos hoy en día en donde, hace unos años, nunca se hubieran visto afectados.
En definitiva, el progreso siempre suele traer cosas buenas para la sociedad, pero los pequeños cambios que puede llevar a cabo pueden acabar afectando a la vida de los ciudadanos. Vivimos en un mundo en donde prácticamente se ha vuelto indispensable hacer uso de internet, desde tener una cuenta de correo electrónico hasta tener un servicio de mensajería instantánea en el teléfono móvil.
La concienciación sobre estos problemas es el primer paso que se puede dar en la búsqueda de un mundo mucho más justo y, sobre todo, igualitario para todos.