Emma García, periodista y presentadora de televisión, llegó al mundo audiovisual de forma inesperada. Tras finalizar sus estudios universitarios, comenzó a trabajar en un periódico, y poco después, se animó a presentarse a un casting para una nueva cadena de televisión local, aunque lo hizo más por curiosidad que por convicción.
En el casting, le pidieron que se cortara el pelo para poder ser seleccionada, a lo que ella accedió sin dudar. A partir de ahí, su carrera despegó. Se sumergió en un entorno que la cautivó, no solo como presentadora frente a las cámaras, sino también asumiendo otros roles en la producción.
"Me considero una currante de la tele. Todo lo que sea salir de mi zona de confort y ponerme a prueba, me gusta". García no suele rechazar ninguna oportunidad laboral y por ello ha tenido la suerte de presentar todo tipo de formatos, sólo le falta transmitir los informativos. Desde pequeña, tuvo claro que quería ser periodista, sin importar en qué área. Aunque ha probado diferentes campos, la radio sigue siendo su asignatura pendiente.
Emma García
En una conversación sobre sus referentes y personas que han marcado su trayectoria, la presentadora no dudó en expresar su cariño y respeto hacia tres grandes nombres de la televisión. "Mercedes Milá, María Teresa Campos y Manu Leguineche fueron grandes referentes para mí, a quienes seguí tanto durante como después de mi carrera. Tuve la suerte de conocer a los tres personalmente, y con Mercedes Milá y María Teresa Campos, incluso tuve la oportunidad de compartir cadena y plató".
Por otro lado, con respecto a las críticas, la periodista ha afirmado que las afronta con mucha serenidad. La experiencia le ha permitido relativizar muchas cosas y tomarse en serio muy pocas. "Como dice Rafael Santandreu, el psicólogo que colabora en el programa que presento actualmente, no hay que creerse tan importantes, ni uno mismo ni el trabajo que se realiza".
En relación con la presión de alcanzar la perfección frente a las cámaras, la presentadora ha señalado que lo fundamental es reconocer que nadie es perfecto y que no se debe aspirar a serlo. Su objetivo principal es ser auténtica en todo momento, incluso cuando se enfada o se ríe. "Disfruto mucho en mi trabajo, no juzgo, respeto a todo el mundo y tiro mucho de humor ante todo tipo de situaciones y, sobre todo, las que tienen que ver conmigo misma".
Con respecto al futuro, se ve disfrutando y aprendiendo en cada paso que da, sin importar a dónde la lleve el momento. Lo mejor de su profesión, según García, es que siempre existe la oportunidad de mejorar, evolucionar y descubrir la grandeza del periodismo, especialmente con el constante avance de las nuevas tecnologías. Para ella, ser periodista es una pasión que vive tanto dentro como fuera de los platós.