Neus Sanz, actriz española con una brillante trayectoria profesional, ha participado en diversas series de televisión a lo largo de su carrera. Entre sus trabajos más relevantes se encuentran Los Hombres de Paco, El Barco, Águila Roja y Amar es para siempre. En la actualidad, colabora como voluntaria en los campos de oncología pediátrica, trastornos de la alimentación, cuidados paliativos, lesiones cerebrales y salud mental.
"Nunca tuve claro que quería ser actriz, lo decidieron por mi". Unos clientes que solían ir al restaurante donde ella trabajaba como camarera, Frederick y Manolo, se dieron cuenta de su potencial y decidieron hacerle una entrevista. Frederick conocía bien la compañía de teatro 'La Cubana' y, al percatarse de su talento, no dudó en animarla para que explotara su potencial como actriz.
Comenzó a ser más conocida por su papel de Rita Peláez en Los Hombres de Paco. "He tenido la suerte de formar parte de dos series maravillosas, Los Hombres de Paco y El Barco. Fueron experiencias muy especiales, cada una a su manera, únicas y diferentes entre sí". Asimismo, menciona que se sintió muy afortunada y que, a día de hoy, está profundamente agradecida, ya que, aunque las series hayan terminado, sigue manteniendo el contacto con sus compañeros.
Neus Sanz
Por otro lado, señala que, gracias a la experiencia adquirida, ahora tiene más claro cómo abordar sus personajes. Además, confiesa que le gustaría interpretar a una mujer malvada, con dos caras, un tipo de personaje que la gente no esperaría de ella.
Actualmente, realiza tareas de voluntariado en San Pedro de Ribas, aunque sigue estando muy conectada con el Hospital Beata María en Madrid. "Empecé a ser voluntaria a los 18 años en el Taller Aurea, en Igualada, la ciudad donde nací. Allí, los martes y jueves, colaboraba en las plantas dedicadas a personas con discapacidad física y psíquica, una experiencia que me marcó y me permitió aprender mucho". De forma paralela, ha colaborado como voluntaria en diversas áreas, oncología pediátrica, trastornos de la alimentación, cuidados paliativos, daño cerebral y salud mental, brindando su apoyo a quienes más lo necesitaban.
Estas experiencias han permitido a Neus poner los pies en la tierra. Ha comprendido lo frágil que es la vida y lo que realmente importa. "Como voluntarios, nos ven como un respiro en medio de todo ese infierno. Nuestra manera de sentir y de dar es única. En el futuro, me gustaría que, cuando piensen en mí, lo hagan con una sonrisa en el rostro, sabiendo que mi presencia fue un pequeño alivio en sus vidas", concluye emocionada.