Contar con un buen descanso es fundamental en muchos aspectos de la vida. Muchas personas confunden dormir muchas horas con un buen descanso, pero realmente, no tiene nada que ver. La calidad del sueño y del descanso influyen directamente en la salud de la persona y también en el rendimiento o el estado que puede tener al día siguiente.
Un sueño reparador no tiene que ver con la cantidad de horas que se pueda dormir, a pesar de que estas también son importantes. Debido a la importancia que tiene el descanso en el día a día de una persona, en este artículo te vamos a dejar una serie de consejos muy sencillos con los que podrás mejorar tu rutina de sueño.
Un ambiente adecuado es la clave para lograr un buen descanso
Lo primero de todo, es importante crear el ambiente adecuado para dormir. Uno de los problemas más habituales que sufren muchas personas a la hora de conciliar el sueño es que cuentan con el ambiente propicio para el sueño, por lo que tardan mucho más tiempo en dormirse o se despiertan con frecuencia durante la noche.
Crear el ambiente adecuado no es para nada complicado, bastará con tener silencio, la temperatura adecuada, comodidad y, por supuesto, la oscuridad necesaria. Asegúrate de que la habitación se encuentre lo más oscura posible, si no es el caso, alternativas como cortinas opacas o un antifaz para dormir pueden ser una buena solución.
Estar aislado del ruido también es importante. Si las ventanas o puertas no cumplen su cometido prueba con unos buenos tapones para los oídos. En cuanto a la temperatura, no confundas el calor con la comodidad. Una habitación a una temperatura fresca que se encuentre entre los 18º y 21º es lo mejor.
Finalmente, es muy importante contar con un buen colchón. Invertir en un buen colchón te ayudará a dormir. Te recomendamos que actualices tu colchón si este ya cuenta con algunos años, ya que vas a pasar muchas horas a lo largo del día en el mismo.
Rutinas antes de dormir
Mantener una rutina antes de dormir también te ayudará a conciliar el sueño. Uno de los errores más habituales que se suele cometer es estar expuesto a pantallas durante, al menos, una hora antes de dormir.
Costumbres como mirar el móvil antes de dormir o irse directamente a la cama después de apagar la televisión pueden dificultar la conciliación del sueño. La luz de las pantallas interfiere directamente en la calidad del sueño, por lo que puedes buscar alternativas como escuchar algo de música relajante o leer un libro.
Una buena rutina puede ser bañarse en agua caliente antes de acostarte. Si te bañas en agua caliente estarás relajando los músculos y liberando tensiones, lo cual es perfecto para lograr un mejor sueño.
Los hábitos durante el día también influyen en el sueño
Tal vez puedas pensar que tan solo los hábitos que se llevan a cabo antes de dormir influyen en la calidad del sueño, pero no es así. Lo que hagamos durante el día también tiene su importancia durante la noche.
Practicar ejercicio de forma regular ayudará a que conciliemos el sueño mucho mejor durante la noche. En este caso se debe evitar caer en el error de hacer ejercicio muy intenso antes de dormir. Algunas personas creen que hacer ejercicio de forma intensa antes de dormir les sirve para cansarse y dormir mejor, pero el efecto puede ser todo lo contrario.
Mantener un horario estable también ayuda al cuerpo a dormir mejor. Procura acostarte y levantarte a la misma hora, incluso los fines de semana. Tu cuerpo se acostumbrará a la rutina y tendrás menos problemas para conciliar el sueño.
En la medida de lo posible evita las siestas y, si lo haces, procura que no sea muy tarde cuando estás durmiendo. Así mismo, llevar una alimentación saludable también te ayudará a sentirte mucho mejor, contar con un mejor estado de salud y dormir mucho mejor. Una alimentación sana consiste también en evitar las comidas pesadas y desprenderse de los malos hábitos como el alcohol, el tabaco o las bebidas azucaradas.
Incorpora todos estos aspectos que puedas a tu día a día y verás como conciliar el sueño comienza a ser algo más sencillo para ti.