Seguro que has escuchado muchas veces que los ojos son el reflejo del alma, pero si tenemos algo en nuestro cuerpo que es un espejo de nuestra salud y bienestar es la piel. La piel es el órgano que tenemos en nuestro cuerpo y, debido a su naturaleza, se encuentra siempre expuesta al exterior.
Básicamente, nuestra piel actúa como barrera protectora frente a todos los patógenos y agentes contaminantes que hay en el exterior. Principalmente por este motivo es fundamental cuidarla para que se mantenga siempre sana y radiante.
¿Por qué deberías molestarte en cuidar tu piel?
Algunas personas cometen el error de no prestar a su piel los cuidados que necesita. Descuidar la piel es muy peligroso, ya que una piel sana es una piel mucho menos propensa a sufrir infecciones, irritaciones y toda clase de enfermedades. Estas enfermedades provocan cambios bruscos en la apariencia de la piel, lo que puede ir derivado con otros problemas psicológicos como la pérdida de la autoestima.
Nuestra piel es un mecanismo de defensa contra los rayos UV, la contaminación y toda clase de agentes externos dañinos para el organismo. Estos agentes son de lo más habituales y se encuentran en el día a día, ya sea en un paseo o en el trabajo cuando estamos junto con otros compañeros.

Dale a tu piel el cuidado que se merece
Una piel en buen estado nos ayudará a protegernos de todos estos agentes y, por lo tanto, a nuestro organismo en general. Una piel cuidada también ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro y también es perfecta para mejorar la apariencia. De la misma forma que sucede con una piel enferma que puede provocar problemas de autoestima, una piel que luce luminosa y brillante puede ayudar a mejorar la confianza de la persona.
¿Cómo cuidar nuestra piel?
El cuidado de la piel es algo sencillo, pero que requiere de cierta constancia para que los resultados sean visibles. Por muy sencilla que te parezca la rutina del cuidado de tu piel no deberías descuidarla por más de dos días si quieres conseguir los mejores resultados.
Lo primero y lo más básico para cuidar la piel es la limpieza diaria. En este caso es importante que tengas en cuenta las características de tu piel y elegir un limpiador al uso. Hay algunas pieles secas, otras grasas… En el mercado puedes encontrar una gran cantidad de limpiadores para que, junto con el agua, un par de veces al día limpies tu piel de las impurezas.
Tan importante como la limpieza es una buena hidratación. Para estar bien hidratado es importante beber una buena cantidad de agua al día, pero también hacer uso de cremas hidratantes que tendrás que utilizar después de la limpieza. Esta hidratación es mucho más importante si eres una persona con la piel seca.
Para terminar con el cuidado básico de la piel, no olvides nunca utilizar protección solar. Si vas a pasar mucho tiempo al aire libre esta protección es importante, incluso aunque el día esté nublado.
Una buena alimentación también es importante
Junto a todos estos cuidados de la piel es importante llevar una vida sana y mantener unos hábitos saludables. Contar con una buena alimentación, evitar malos hábitos como el alcohol o el tabaco, así como un buen descanso, se consigue mejorar la salud de la piel.
Cada cierto tiempo también puedes llevar a cabo una exfoliación. Si exfolias tu piel una vez cada dos semanas estarás eliminando las células muertas que se quedan atrapadas en los poros de la piel y conseguirás que tu piel respire mejor. Si tu piel respira mejor la llegará mucho más oxígeno y esto se reflejará en un mejor color de la piel, así como en su elasticidad.
Por todos estos motivos la piel dice mucho de la salud general de una persona. Cuidarnos la piel es el primer paso para sentirnos mucho mejor. Recuerda que cada piel es única y puede necesitar de una rutina diferente a la de los demás. Recuerda hacer uso de los productos más adecuados para tu piel y procurar los cuidados que necesite.