Uno de los miedos más habituales que se producen durante el verano es el miedo al calor. No en vano, estos últimos años hemos tenido unas cuantas olas de calor que han causado mucho sufrimiento en los hogares españoles.
A pesar de que el verano es una estación que gusta a muchas personas, lo cierto es que estas también sufren cuando el calor es excesivo. Con unos pequeños consejos como estos será mucho más fácil estar más fresco este verano.
Una buena hidratación es fundamental
Lo primero y más importante es contar con una buena hidratación. Durante el verano hay que vigilar mucho más la ingesta de líquidos para estar bien hidratado y así evitar sufrir mareos, dolor de cabeza o fatiga entre otros problemas. Los médicos recomiendan beber incluso aunque no se tenga sed, como mínimo, dos litros de agua al día.
También se debe tener en cuenta que no todo vale a la hora de beber. Es importante no abusar de los refrescos o de las bebidas energéticas, así como el alcohol si no se quiere empeorar el estado de salud. Optar por bebidas refrescantes y saludables es una buena opción, por ejemplo, un té helado.
Un hogar fresco es la forma más fácil de estar fresco en verano
Una de las claves que ayuda a estar fresco en verano es mantener el hogar lo más fresco posible. Esto es una opción que se puede llevar a cabo sin gastar en aparatos de aire acondicionado, por lo que mantener el hogar fresco no debe estar supeditado a un gasto energético importante.
Para mantener el hogar fresco en verano bastará con cerrar ventanas y persianas durante el día o, por lo menos, durante las horas más calurosas para evitar que el calor entre por la ventana. A la hora de ventilar la casa se debe hacer a primera hora de la mañana o bien cuando sea de noche.
La ventilación es muy importante y se debe llevar a cabo todos los días para refrescar el ambiente, por lo que hay que saber elegir bien los momentos para que no suponga un problema.
Un truco bastante económico que resulta muy bien es colgar la ropa mojada o toallas húmedas frente a las ventanas. Con esto se podrá refrescar el aire cuando entre por la ventana y hará que la estancia sea mucho más agradable.
La alimentación también afecta
Durante el verano hay una gran cantidad de platos que se disfrutan mucho más, sobre todo aquellos que se sirven fríos. De la misma forma que hay algunos platos que apetecen más, otros apetecen menos incluso se pueden volver más peligrosos. De este modo, es recomendable evitar comidas pesadas y grasas, ya que estas aumentan la temperatura corporal.
Existen muchas posibilidades, por ejemplo, es una buena oportunidad para disfrutar de diferentes ensaladas, fruta de temporada, verduras… Jugar con alimentos que también ayudan a hidratarse, por ejemplo, la sandía, que también nos ayudará a estar mucho más frescos en verano.
Más allá de esto, también es importante consumir alimentos que sean ricos en potasio. Estos alimentos ayudarán a regular el balance de electrolitos en el cuerpo y, por ejemplo, podemos encontrarlo en plátanos, melones o espinacas entre otros.
Evitar la ducha fría
Por muy tentador y apetecible que pueda parecer, una ducha fría en verano no es la mejor idea. Esto se debe a que el alivio que se consigue gracias al agua fría dura más bien poco. Con una ducha de agua fría encontraremos una sensación de frescor inmediata, lo cual apetece mucho con el calor, pero tan solo unos instantes después tendremos más calor.
Esto se debe a que el cuerpo se reactivará y deberá gastar más energía, por lo que se conseguirá un aumento de la temperatura corporal y, por lo tanto, nos hará sentir peor en verano.
Hora de cambiar las sábanas
Llevar a cabo pequeños cambios en la casa también puede ayudar a estar más frescos en verano. Uno de esos pequeños cambios tiene que ver con la ropa de cama, en concreto, con las sábanas.
Hay tejidos que desprenden más calor que otros, por lo que una de las mejores opciones pasa por contar con sábanas de algodón. Estas sábanas son mucho más frescas debido también a que son transpirables, lo que aporta una mayor sensación de frescor.
Este cambio también se puede llevar a cabo en otros muebles de la casa, por ejemplo, en un sofá. A pesar de que al sofá no se le puede cambiar la sábana como tal, sí que se puede cubrir con telas y tejidos suaves, especialmente de color blanco, que ayudarán a que sea mucho más fresco en verano.