El pregón de Manuel Costillo quedará en la historia por ser el anuncio de una Semana Santa única y excepcional, la de la vuelta a las calles y con ello a su esplendor pleno, de las cofradías tras dos años de ausencia. Pero también quedará en el recuerdo de los cofrades por la emoción que el pregonero supo transmitir y por su capacidad para hacer vivir los momentos más hermosos de la Semana Santa alcalareña.
La LXVIII edición del pregón tuvo lugar en el Teatro Auditorio Riberas del Guadaíra, que se llenó para la ocasión. La presentación corrió a cargo de Francisco Romero, miembro del Consejo de Hermandades. El acto estuvo presidido por la alcaldesa de la ciudad, Ana Isabel Jiménez, el delegado de Fiestas Mayores, Enrique Pavón; el arcipreste de Alcalá, Rafael Calderón y el presidente del Consejo, Antonio Rivas. En el público una amplia representación de la sociedad alcalareña, hermanos mayores y cofrades. La parte musical corrió a cargo de la Asociación Musical Nuestra Señora del Águila y de la Coral Polifónica de la Hermandad de Jesús Nazareno.
El pregonero realizó un recorrido por la Semana Santa de Alcalá poniendo el acento en los momentos que la hacen única. Entre ellos, tuvo un lugar especial las estampas y vivencias únicas de la Hermandad de Jesús Nazareno, que conserva un conjunto de ritos únicos como la subida al Monte Calvario, el Prendimiento o los Judíos. Las experiencias acumuladas por el pregonero como Costalero de la Virgen el Socorro y nazareno estuvieron entre los momentos álgidos del pregón. También la labor social de las corporaciones de la ciudad y con ellas el Ropero del Socorro, donde el autor también ha compartido esfuerzos.
El texto dictado por Manuel Costillo incluyó el reconocimiento a todas la hermandades de la ciudad, por su labor evangelizadora y por el esplendor de sus cultos y procesiones. Pero también por su dimensión social, por estar siempre al lado de quien lo necesita.
Pero sobre todo fue un pregón de vivencias, de experiencias que han marcado al pregonero y que le han llegado al alma. La narración que hizo de ellas fue sincera y apasionante, alcanzado a conmover a los presentes por la intensidad de las mismas y por la narración que hizo de ellas.
Todo ello con el marco de Alcalá siempre presente como marco para unos días de gloria que la transforman y que a la vez la definen como escenario. Porque el texto de Costillo fue también un canto de amor por Alcalá y por sus gentes.
Fue un pregón espléndido y un preludio perfecto para la Semana Santa que está a la vuelta de la esquina. Un anuncio que multiplicó la ilusión de los presentes por lo que está por venir y que como dijo la alcaldesa de la ciudad, “las hermosas palabras de Manuel Costillo, cargadas de emoción y dichas desde el corazón serán este año nuestra guía para el gozo y el asombro que nos espera en esta vuelta al esplendor pleno de nuestra Semana Santa con todas las cofradías en la calle”. “Lo que hemos vivido hoy en el Riberas del Guadaíra ha sido una experiencia única, con una total conexión entre el pregonero y el público, porque Costillo ha realizado una verdadera declaración de amor a Alcalá y a su Semana Santa que todos compartimos con él”, añade Ana Isabel Jiménez.