Hace 5,5 millones de años el mar Mediterráneo se aisló del océano Atlántico debido a movimientos tectónicos, provocando un fenómeno sin precedentes conocido como la Crisis de Salinidad del Messiniense. Esta desconexión del Atlántico dio lugar a la acumulación de depósitos gigantes de sal -de hasta un kilómetro de espesor en algunas áreas-, transformando drásticamente el ecosistema marino.
Un equipo internacional de científicos, liderado por la profesora Konstantina Agiadi, de la Universidad de Viena, y en el que participa el investigador Ildefonso Bajo Campos, miembro de la Asociación Antonio Machado y Núñez, Amigos del Museo de Geología de la Universidad de Sevilla, ha cuantificado por primera vez el efecto de esta crisis sobre la vida marina del Mediterráneo.
Los resultados, publicados en la prestigiosa revista Science, revelan que solo el 11 % de las especies endémicas del Mediterráneo sobrevivieron, y la biodiversidad no se recuperó hasta al menos 1,7 millones de años después.
El estudio se ha basado en décadas de investigación sobre fósiles de entre 12 y 3,6 millones de años encontrados en países peri-mediterráneos y en núcleos de sedimentos de aguas profundas, los cuales han sido comparados con especies actuales. Los investigadores han descubierto que casi el 67 % de las especies que habitaron el Mediterráneo después de la crisis eran completamente diferentes a las que vivían antes de este cataclismo. De las 779 especies endémicas documentadas antes de la crisis, solo 86 sobrevivieron.
Impacto en la biodiversidad marina
El aislamiento del Mediterráneo no solo alteró drásticamente los niveles de salinidad y temperatura, sino que también interrumpió las rutas migratorias de organismos marinos y afectó procesos esenciales del ecosistema. Esta crisis ambiental llevó a la extinción de muchas especies, incluidos los corales tropicales que formaban arrecifes.
Erizo de mar Schizechinus duciei de edad Messiniense. (Museo de Geología de la Universidad de Sevilla)
Después de la reconexión con el Atlántico, el Mediterráneo fue colonizado por nuevas especies, como el tiburón blanco y los delfines oceánicos. Sin embargo, la biodiversidad marina de la región adoptó un nuevo patrón, con un número de especies que disminuye de oeste a este, una tendencia que aún persiste hoy en día.
Dos millones de años para recuperarla
Este estudio pionero no solo proporciona el primer análisis estadístico detallado de una crisis ecológica de esta magnitud, sino que también cuantifica los tiempos de recuperación de la biodiversidad después de un colapso ambiental. Sorprendentemente, la recuperación de la biodiversidad marina del Mediterráneo duró más de 1,7 millones de años.
El enfoque metodológico utilizado en este estudio abre una nueva puerta para conectar fenómenos tectónicos con los cambios en los océanos y la biodiversidad, ofreciendo un modelo que podría aplicarse a otras regiones del mundo. La investigación proporciona, además, información muy relevante sobre cómo los procesos del pasado remoto han podido influenciar los patrones de la biodiversidad marina que observamos en la actualidad y plantean nuevas cuestiones aún sin resolver.
"Los fenómenos geológicos del pasado más reciente, como la Crisis de Salinidad del Messiniense, no solo modificaron drásticamente la biodiversidad marina durante millones de años, sino que también nos ofrecen una valiosa lección: estudiar estos eventos es esencial para predecir y mitigar futuros cambios en nuestros océanos frente a crisis ambientales emergentes", explica ldefonso Bajo Campos.
Un legado fósil en el Museo de Geología de la US
Parte de los fósiles que han sido analizados en este estudio forman parte de la colección del Museo de Geología de la Universidad de Sevilla. La institución, que alberga más de 3000 fósiles, incluye piezas emblemáticas como erizos de mar del género Schizechinus y dientes del Megalodón, que habitó las aguas del Mediterráneo hasta su extinción al final del Plioceno, hace 2,6 millones de años.
El Museo de Geología de la Universidad de Sevilla tiene sus orígenes en el Gabinete de Historia Natural fundado en 1850 por el catedrático de Mineralogía y Zoología y rector de la US (entre 1868 y 1870 y entre 1872 y 1874), Antonio Machado y Núñez. Desde entonces, ha ido creciendo y consolidándose, adquiriendo valiosas colecciones que han contribuido al avance del conocimiento en el campo de la geología y paleontología.
Actualmente, continúa siendo un importante referente en el estudio y la promoción de estas disciplinas, pudiéndose visitar previa reserva, para que toda la ciudadanía pueda disfrutar y aprender de la riqueza geológica que alberga.