Mons. José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, Francisco Herrero León, presidente de la Fundación Cámara de Comercio de Sevilla y José Luis Sanz Ruiz, alcalde de Sevilla han firmado ésta mañana un acuerdo para colaborar en actuaciones de conservación, mejora y difusión del patrimonio de los monasterios, conventos y bienes culturales de Sevilla, con el fin de conservar y ayudar a dar a conocer este conjunto de bienes, teniendo en cuenta su finalidad primordialmente religiosa, con un alto valor cultural y social.
Con esta iniciativa se desea contribuir a trazar estrategias que permitan la adaptación del patrimonio en Sevilla a las condiciones actuales sin sacrificar su singularidad y uso religioso a cuya perdurabilidad favorece el proyecto, irrigando nuevas potencialidades al sistema urbano. Con especial interés se apoyará la optimización arquitectónica, cultural y social de estos bienes patrimoniales.
La Administración Pública, la Archidiócesis de Sevilla y la colaboración del sector privado suman fuerzas para colaborar de forma creativa y permanente con las órdenes titulares de los conventos. El objetivo es que se implementen iniciativas que vayan más allá de un apoyo material coyuntural, ofreciendo fórmulas estables de colaboración. Articulando cauces de autofinanciación, priorizando el uso religioso de estos espacios y promoviendo la puesta en valor de su rico patrimonio artístico.
La ejecución y el desarrollo de las actuaciones que se acuerden acometer se instrumentarán a través de convenios específicos concretados y acordados con la orden religiosa propietaria del bien objeto del convenio, implicando así la recuperación de este rico patrimonio religioso en fuente generadora de riqueza y empleo.
Sevilla ciudad de conventos
Sevilla es unas de las ciudades con mayor patrimonio monumental, con el Casco Histórico más grande de Europa y con la singularidad de poseer uno de los mayores patrimonios conventuales de todo el mundo cristiano.
El desarrollo económico y artístico en los siglos XVI y XVII, ligado también a la próspera empresa americana, suscitó la fundación de numerosos conventos y monasterios que al menos la segunda mitad del siglo XIX constituían, junto a los templos parroquiales, un gran eje vertebrador de su urbanismo (como se manifiesta en el Plano de Olavide de 1771).
Los derribos conventuales propiciados por las tropas napoleónicas, la desamortización de Mendizábal y la Revolución de 1868 provocaron un cambio esencial en el trazado urbano.
La quietud de sus claustros y sus compases desarrolló un potente atractivo de orden espiritual, pero también despertó el interés de artistas, pintores, escritores -Bécquer, Machado, Romero Murube...-.
Los conventos sevillanos custodian un patrimonio artístico excepcional, en serio peligro de deterioro por la secularización de la sociedad, falta de vocaciones y el alto coste de su mantenimiento. Este patrimonio hay que preservarlo y cuidarlo para las futuras generaciones.
Todos estos bienes patrimoniales están sujetos a una especial protección, disponiendo de espacios para otros aprovechamientos económicos, a través de actividades secundarias (obrador de dulces, taller de ropa, encuadernación…).
La superficie total construida es de 78.000 m2, los solares ocupan 63.413 m2 del total de 3.493.672 m2 de la superficie urbana, que representan un 1,8% del total. Respecto a los espacios libres ocupan 21.510 m2, de 163.195 m2 (similar a 15 metros de ancho desde la Puerta Jerez a la Alameda de Hércules). Estos complejos conventuales están compuestos por iglesias, claustros, huertos, jardines, refectorios y dormitorios.
Al servicio del bien común
El Arzobispo de Sevilla preside el Comité Institucional del presente acuerdo de colaboración público-privada, en el también participan el Presidente de la Fundación Cámara de Comercio y el Alcalde de Sevilla. Un Comité Técnico, coordinado por la Fundación de la Cámara de Comercio de Sevilla y en el que formarán parte representantes de las tres instituciones impulsará sus actuaciones. Entre sus actividades iniciales estará redactar un programa de actuación, un estudio y un plan de mecenazgo específico que deberá ser presentado a las órdenes religiosas titulares de los bienes afectados, para su revisión y visto bueno. Con el fin de avanzar y concretar los objetivos propuestos se proponen, en un principio, dos fases. Una en la que incorporarán al proyecto otras entidades asociadas y colaboradoras, se diseñará un Plan de Actuación y de Gestión Económica plurianual, se impulsará la Web y optimización de Redes Sociales, así como se promoverán jornadas técnicas y académicas. Una segunda fase que promoverá un Plan de comercialización centralizado, inicio de acciones vinculadas con la mejora del patrimonio y el Plan de amigabilidad, de capilarización y gestión patrimonial.
Con la finalidad de hacer partícipe a otras instituciones y entidades, en próximas fechas, se creará un Consejo Asesor de la iniciativa con representantes de sectores económicos, empresariales, culturales, académicos y mediáticos, cuya finalidad será acompañar y asesorar las iniciativas propuestas.