La Policía Nacional en el marco de la Operación Apache inició en el mes de abril del año 2024 una investigación en torno a un Grupo Criminal asentado en la localidad de Sevilla especializados en la comisión de Robos con Fuerza y Hurtos de vehículos de alta gama de los concesionarios.
Tras dichos robos algunos de vehículos fueron posteriormente utilizados, para perpetrar robos con fuerza en establecimientos mediante el procedimiento del alunizaje y otros destinados al tráfico ilícito de vehículos (alcanzando un perjuicio económico superior a los 200.000 euros en vehículos sustraídos).
Durante la investigación se ha podido constatar la participación de los miembros de este Grupo Criminal en, al menos, 6 hechos delictivos entre robos con fuerzas a establecimientos y sustracciones de vehículos en campas de vehículos, en los que han sustraído hasta más de una decena vehículos.
Además, a través del análisis de los datos obtenidos de las investigaciones e informaciones, el Grupo de Investigación ha constatado que estos individuos están en constante aprendizaje y formación, sobre todo, en este caso en lo referido a la detección de puntos débiles en los concesionarios y talleres de automóviles de la ciudad de Sevilla, llegando a evolucionar según las medidas de seguridad de sus objetivos.
Tras siete meses de investigación, se procedió a la detención de cinco de los miembros de la banda perseguida, ingresando dos ellos en prisión tras pasar todos a disposición Judicial.