CREATIVOS, ser o no ser creativos. Vivir simplemente o más vivir. Ahí radica el quid de la cuestión, el meollo de la superación que marcaría la diferencia entre sentirse masa o ser humano selecto entre tanta deformación de la geometría del realizarse en la sociedad actual. Fuera excusas. Lo que se debe hacer, se hace, sin embelesos. Desterraría también de la mente el “si hubiese hecho esto o aquello, el resultado habría sido diferente”. Obviemos los subterfugios, los lamentos, la vergüenza que puedan causar las equivocaciones del pasado y fijemos nuestra vista en el puro gusto de vivir con excelencia, en un grato caminar más sublime.
—¡'Es que' a ti todo te parece tan fácil! Pero 'es que' no lo es. La gente precavida es la que no se apresura, es la que vale por dos y 'si hubieses' observado, no te equivocarías tanto. 'Es que' es muy importante, lo dice 'todo el mundo'.
—'Es que' eres un exagerado. Mejor no hablo más contigo, eres incorregible. 'Si hubieras' escuchado lo que he dicho sabrías que no se puede hacer. ¡'Es que' no entiendes nada!
Son ejemplos de recriminaciones vulgares en cualquier esquina de la ciudad. Mejor me abstraigo, camino entre la gente, pienso mientras existo y trato de destacarme. Me gusta esta palabra... hace mucho que no la disfrutaba de forma tan mística, quizá desde hace años, cuando alguien me nombró destacado en un medio informativo. Recuerdos para renovarse, evocación de un viejo gacetillero para beber de la sabiduría y de la experiencia en mi huida hacia adelante contra el chirriar de los condicionales evasivos y de los ‘es que’ de seres inseguros, justamente quienes pretenden convencerte de que gozan del alto privilegio de la confianza en sí mismos.
—¡'Es que' a ti todo te parece tan fácil! Pero 'es que' no lo es. La gente precavida es la que no se apresura, es la que vale por dos y 'si hubieses' observado, no te equivocarías tanto. 'Es que' es muy importante, lo dice 'todo el mundo'.
—'Es que' eres un exagerado. Mejor no hablo más contigo, eres incorregible. 'Si hubieras' escuchado lo que he dicho sabrías que no se puede hacer. ¡'Es que' no entiendes nada!
Son ejemplos de recriminaciones vulgares en cualquier esquina de la ciudad. Mejor me abstraigo, camino entre la gente, pienso mientras existo y trato de destacarme. Me gusta esta palabra... hace mucho que no la disfrutaba de forma tan mística, quizá desde hace años, cuando alguien me nombró destacado en un medio informativo. Recuerdos para renovarse, evocación de un viejo gacetillero para beber de la sabiduría y de la experiencia en mi huida hacia adelante contra el chirriar de los condicionales evasivos y de los ‘es que’ de seres inseguros, justamente quienes pretenden convencerte de que gozan del alto privilegio de la confianza en sí mismos.