Se trata del derribo más grande que se va a realizar en la Avenida de la Feria para liberar la muralla con la demolición de cuatro viviendas que ocupaban de los números 43 al 49 de la vía, una obra que ha estado paralizada dos años para atender el requerimiento de uno de los licitadores, que pedía como medida cautelar que no se echaran abajo las
casas hasta que se resolviera su recurso.