Según el relato aportado por las empleadas de farmacia y que consta en el atestado policial, pasadas las 09:30 horas de esta misma mañana, el hombre entraba en el establecimiento, próximo a la catedral, y cuchillo en mano exigía a las dos farmacéuticas presentes la dispensación de un medicamento específico; en concreto, un tranquilizante del grupo de las benzodiacepinas.