Hace 5,5 millones de años el mar Mediterráneo se aisló del océano Atlántico debido a movimientos tectónicos, provocando un fenómeno sin precedentes conocido como la
Crisis de Salinidad del Messiniense. Esta desconexión del Atlántico dio lugar a la acumulación de depósitos gigantes de sal -de hasta un kilómetro de espesor en algunas áreas-, transformando drásticamente el ecosistema marino.